Una relación marcada por la geografía y la defensa

Jaime de Ojeda
 |  8 de julio de 2016

La visita del presidente Barack Obama a Sevilla y a las bases de Rota y Morón durante su viaje a España del 9 al 11 de julio, subraya la dimensión estratégica que para Estados Unidos ha tenido siempre la geografía española. Pero España es hoy para Washington más que una geografía: es una nación europea importante, aunque limitada por sus preocupaciones interiores.

En plena guerra fría, el anticomunismo del régimen de Franco y la estratégica geografía de la península Ibérica determinaron los acuerdos de defensa de 1953 entre España y EEUU y sus renovaciones posteriores, algunas no exentas de considerable tensión. Las relaciones con España estuvieron prácticamente limitadas a su dimensión militar, aunque el lento pero creciente desarrollo económico del país se vio también beneficiado por la ayuda económica e importantes inversiones americanas.

Los primeros años de la transición democrática se vieron agitados por la renovación de la vida política en España. La decisión del gobierno socialista de poner fin al uso de la base de Torrejón por la 16 fuerza aérea americana fue muy mal recibida en Washington, aunque quedó compensada por la ratificación del nuevo tratado de defensa. La debatida entrada de España en la OTAN, en 1982, y su ingreso en la Unión Europea, en 1986, contribuyeron a normalizar las relaciones con el resto de Europa y con EEUU. La geografía de la península sigue siendo muy importante para EEUU: el tratado de defensa y el uso de las bases españolas, especialmente la naval de Rota, son esenciales para el despliegue militar de EEUU hacia Europa, Oriente Próximo y África, también para la efectividad de su sistema de defensa antimisiles.

 

Economía y política exterior

En cuanto al ámbito económico, las relaciones comerciales son en la actualidad buenas y promisorias. Los empresarios españoles, más que su gobierno, han sido los que mejor han comprendido y aprovechado las oportunidades que ofrece el mercado de EEUU, y están presentes compañías españolas de diversos sectores, especialmente de la banca, las energías renovables y las infraestructuras.

En política exterior los vaivenes respecto a la intervención en Irak y el reconocimiento de Kosovo fueron mal ejecutados por los gobiernos tanto del PSOE y como del PP, y generaron diferencias que, sin embargo, no han sido peores que las de EEUU con otros países europeos como Francia y Alemania.

Por otro lado, la influencia que España sigue teniendo en el hemisferio sur americano –aunque no tanta como les gustaría a los nostálgicos de la “Hispanidad”– permitió a los españoles desempeñar un papel muy valorado por Washington en la terminación de los conflictos en Centroamérica y de las dictaduras en Uruguay, Argentina y Chile. La presencia de EEUU y España en América Latina es, sin duda, una de las dimensiones que marcan la relación bilateral actual.

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