El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el 8 de mayo la retirada unilateral de su país del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) y la reimposición de sanciones contra Irán. Desde que el presidente estadounidense declaró en enero que abandonaría el acuerdo nuclear a menos que el Congreso de EEUU y Europa abordaran los “desastrosos defectos» del plan, Reino Unido, Francia y Alemania lograron avances significativos a la hora de abordar las preocupaciones de la Casa Blanca. Además, el cumplimiento de Irán con el JCPOA ha sido verificado en repetidas ocasiones por la agencia nuclear de la ONU, en un régimen de inspecciones de lo más estricto. Estos factores, sin embargo, no han sido suficientes para disuadir a Trump de retirarse de un acuerdo que tenía en el punto mira desde que asumió el cargo en enero de 2017.
A raíz de esta decisión imprudente e injustificada, se debe dar prioridad al JCPOA sin EEUU, y centrar los esfuerzos en evitar el indeseable escenario de una nueva crisis nuclear en un Oriente Próximo ya demasiado turbulento.
La suerte del acuerdo recae ahora, principalmente, en Europa. Hasta ahora, los esfuerzos europeos se habían centrado en mantener a EEUU en el JCPOA. Esta estrategia debe cambiar y centrarse en evitar que Irán salga también. Los líderes de Londres, París y Berlín han sido claros en su compromiso común de mantener el acuerdo, si bien es cierto que comparten preocupaciones sobre algunos aspectos del comportamiento de Irán más allá del marco nuclear. Como hemos propuesto recientemente, un JCPOA versión reducida –con Rusia y China, pero sin EEUU– requiere un compromiso político y económico por parte de Europa que preserve tantos beneficios como sea posible para Irán. Esto podría ayudar a los legisladores iraníes a justificar la moderación frente a la retirada de EEUU y facilitar el diálogo continuado entre europeos e iraníes sobre cuestiones como el programa de misiles balísticos de Irán, las políticas regionales de Teherán y la situación de los derechos humanos en el país.
La decisión del presidente Trump de retirarse del acuerdo nuclear es un golpe irresponsable, innecesario y grave para el JCPOA. Sin embargo, si Europa e Irán encuentran una manera de trabajar juntos, este golpe no tiene por qué ser fatal.
Este artículo es una editorial publicado originalmente en inglés en la web de Crisis Group.