Curiosamente, un pequeño país escandinavo se ha convertido en un asunto de gran interés en las primarias del Partido Demócrata. En el debate del 13 de octubre, Bernie Sanders, el único candidato capaz de animar una carrera que Hillary Clinton tiene ya prácticamente ganada, mencionó Dinamarca como el país del que EEUU debía tomar ejemplo y modelo. “No somos Dinamarca” replicó Clinton.

La victoria de la Coalición Patriótica (CP) liderada por el partido conservador HDZ en las recientes elecciones legislativas croatas –las octavas desde la llegada de la democracia pero las primeras después de su ingreso en la UE en 2013–, tras pasar los últimos cuatro años en la oposición, ha sido una nueva señal del giro a la derecha que están dando los países de Europa Central y del Este, impulsado, entre otros factores, por el temor de sus votantes a la presión inmigratoria proveniente de Oriente Próximo.

La muerte el 31 de octubre de los 224 pasajeros y tripulantes del vuelo 9268 de la aerolínea rusa Metrojet, que se desplomó pocos minutos después de que despegara de Sharm el-Sheij, presuntamente debido a la explosión de una bomba a bordo, supone un salto cualitativo en la espiral de violencia que se ha apoderado de Egipto en los últimos años.

El proceso de apertura política que comenzó en 2011 dirigido por la junta militar que preside el general Thein Sein, dio un paso crucial con las elecciones legislativas del 8 de octubre y que ganó la opositora Liga Nacional para la Democracia (LND), liderada por la premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi. La tenaz lucha por la democracia durante y después de los 14 años de arresto domiciliario que sufrió tras el golpe militar que despojó al LND de su victoria en las elecciones de 1990, han convertido a Suu Kyi en la figura central del actual escenario político birmano, dominado por los militares durante la mayor parte de los últimos 50 años.

La pérdida por el Polo Patriótico –que aglutina a la izquierda democrática colombiana– de la alcaldía de Bogotá en las elecciones locales y municipales del 25 de octubre, cierra un ciclo político inaugurado hace 12 años, cuando Lucho Garzón alcanzó un cargo que en visibilidad política solo está por debajo de la presidencia de la República, por lo que el Polo emergió como una alternativa real de poder en un país que ha estado gobernado tradicionalmente por las élites liberales y conservadoras.