El consenso sobre la economía china entre los economistas es pesimista. Los “osos” –como se llama en Wall Street a quienes ven siempre el vaso medio vacío–, han salido de sus cuevas. Kenneth Rogoff, execonomista jefe del FMI, por ejemplo, sostiene que la debacle bursátil china demuestra que su economía no puede seguir desafiando las “leyes de la gravedad”, creyendo que su deuda –que la consultora McKinsey estima en el 282% del pib– no afectará su crecimiento. Esa deuda, en buena parte vinculada al sector inmobiliario, era de siete billones de dólares en 2007 y alcanzó los 28 billones en 2014.

El atentado abortado del marroquí Ayoub al Khazzani al tren Thalys que cubría el trayecto Amsterdam-París el 21 de agosto, recuerda mucho a la matanza realizada por Mehdi Nemmouche el 24 de mayo de 2014 en el Museo Judío de Bruselas. Ambos habían estado en Siria y portaban fusiles de asalto. Al Khazzani no llevó a término su objetivo terrorista debido a un hecho fortuito: la presencia de pasajeros –dos soldados estadounidenses– dispuestos a impedírselo. Pero es peligroso confiar en que circunstancias similares no se puedan repetir.

La capital británica parece abocada a los excesos en materia inmobiliaria. Tras haber pasado en 2010 por el estallido de su anterior –y espectacular– burbuja, y cuando muchos otros mercados, como el español, recién empiezan a recuperarse, Londres sigue batiendo récords como una de las ciudades más caras del mundo. En agosto el precio medio de una casa en la ciudad era un 9,7% más caro que un año antes, según la consultora Right-move. O un 13% más, según Rightmore. En total, los precios de la vivienda habrían subido, según Lloyds Bank, un 45-50% en cinco años.

Desde la celebración el pasado marzo de la Conferencia Económica Egipto en Sharm el Sheij, donde inversores internacionales comprometieron 10.700 millones de dólares en proyectos, el régimen egipcio no ha cesado de anunciar una serie de faraónicos macroproyectos de infraestructuras con el fin de reactivar la economía, a la que el presidente Abdelfatah al Sisi ha ligado su legitimidad.

El candidato del kirchnerismo, Daniel Scioli, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires se sitúa como favorito para la primera vuelta de las elecciones generales del próximo 25 de octubre en Argentina. Muchos analistas anticipan un gradual distanciamiento de Scioli de Cristina Fernández para conquistar al electorado independiente. Aun así, vencer la inercia política y económica creada por el kirchnerismo requerirá una considerable habilidad política.