La aceptación por el primer ministro griego, Alexis Tsipras, de las duras condiciones del tercer rescate europeo ha atenuado las tensiones en el sistema financiero mundial, pero dista de haber cerrado las dudas sobre el futuro del país. La mayoría de analistas concuerda en que las reformas estructurales del plan mejorarán la competitividad de la economía helena, muy necesitada de cambios profundos en su sistema fiscal y de pensiones, en el mercado de trabajo y el aparato judicial.

La aprobación por el Bundestag por una amplia mayoría del tercer plan de rescate a Grecia, pese a la oposición del ala derecha de la CDU y la CSU y de las reticencias de la mayoría de alemanes, ha sido una clara victoria de la canciller, Angela Merkel, que lo último que querría es pasar a la historia por haber presidido una ruptura de la zona euro. Según una reciente encuesta de YouGov, el 56% de los alemanes piensa que el tercer rescate es “malo o muy malo” para su país, mientras que casi la mitad de los encuestados preferiría una salida de Grecia del euro.

En 2002 Irán era parte del “eje del mal” de George W. Bush. Ahora, tras el acuerdo de Viena sobre su programa nuclear, está a punto de dejar de ser tratado como un paria, como demostró la visita a Teherán del vicecanciller y ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, cuando todavía no se había secado la tinta del pacto firmado en el palacio de Coburg.

Barack Obama y su secretario del Tesoro, Jacob Lew, han urgido reiteradamente a la UE adoptar una actitud flexible hacia Grecia para evitar su salida del euro. “No se puede seguir exprimiendo a un país atrapado en medio de una recesión”, ha dicho el presidente. Sin embargo, su actitud ha sido menos generosa con Puerto Rico, un Estado libre asociado de EE UU que, según su gobernador, Alejandro García Padilla, tiene una deuda impagable de 73.000 millones de dólares. Obama ha advertido que no habrá un rescate federal de la isla. El gobierno de San Juan ya ha anunciado que no pagará los próximos vencimientos de su deuda porque ello significaría dejar de pagar los sueldos de los funcionarios y privar a la isla de servicios públicos esenciales.

La reciente visita del presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, a la Casa Blanca, pocos días antes de que Barack Obama iniciara su gira al continente africano, fue una clara señal de la importancia que Washington concede a Nigeria, la mayor economía africana, el séptimo país más poblado del mundo y su principal socio comercial en el continente. Nigeria tiene además una importancia estratégica en materia de seguridad para EE UU debido al grupo yihadista Boko Haram, que ha provocado 13.000 muertes y desplazado a 1,5 millones de nigerianos.