Informe Semanal de Política Exterior
#ISPE: El mercado negro de armas y la yihad
El reciente atentado yihadista en Copenhague –que acabó con la vida de un cineasta y un guardia de seguridad en la principal sinagoga de la ciudad, dejando heridos a cinco policías– ha sido una réplica de los de París, tanto desde el punto de vista de los objetivos elegidos como del modus operandi y de la motivación ideológica subyacente.
ISPE:
Rusia y Occidente: ¿‘Pax’ europea en Ucrania?
La toma de Debáltsevo, la ciudad donde las fuerzas rebeldes prorrusas cercaron a 8.000 soldados ucranianos ha sido una clara violación del alto el fuego acordado en Minsk por Rusia, Ucrania, Francia y Alemania. Kiev ha anunciado que el 80% de sus fuerzas ya ha sido evacuado de la ciudad.
Zona euro: Condenados a entenderse
Tras la “ruptura” escenificada el 16 de enero en la reunión del Eurogrupo, al cierre de esta edición Grecia y la UE parecían estar cada vez más cerca de llegar a algún tipo de acuerdo que permita al gobierno de Atenas aligerar el pago de su deuda externa, relajar en algo las políticas de austeridad y seguir en el euro.
África del Norte: Egipto entra en la guerra de Libia
El bombardeo por aviones egipcios de posiciones del Estado Islámico/Daesh en el puerto libio de Derna en respuesta al brutal asesinato de 21 cristianos coptos egipcios, ha dado un paso más hacia la internacionalización del conflicto, haciendo aún más difícil la labor de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (UNSMIL), que apenas ha logrado avanzar el proceso de negociaciones entre el bando de Tobruk, liderado por Abdullah Al Thani, y el de Trípoli, que preside Omar al Hasi.
Oriente Próximo: La guerra desintegra aún más a Irak
La debilidad estructural de las fuerzas armadas iraquíes ha provocado que el peso de la lucha contra el Estado Islámico/Daesh haya recaído sobre las milicias kurdas y chiíes, que se han convertido en ejércitos paralelos, acelerando la fragmentación étnica del país.
Brasil: Petrobras desacredita al PT
Tres meses después de ser reelegida, Dilma Rousseff ha visto su nivel de aprobación reducido a la mitad. Aunque los nuevos recortes del gasto público anunciados por el gobierno tienen mucho que ver en ello, nada ha golpeado tanto la reputación de la presidenta como el escándalo de Petrobras, que ahora amenaza a hundir en el desprestigio, quizá ya irreparable, al oficialista Partido de los Trabajadores (PT).