Incluso si el acuerdo firmado in extremis en Minsk por Ucrania, Francia, Alemania y Rusia para lograr un alto el fuego en el sureste ucraniano diera la impresión de consolidarse, pocos analistas creen que el pacto vaya a ser menos frágil –y transitorio– que el que se alcanzó también en la capital bielorrusa en septiembre de 2014 y que saltó por los aires el pasado enero tras la ofensiva de los separatistas prorrusos contra la ciudad portuaria de Mariupol, a orillas del mar de Azov.

Las nuevas revelaciones del International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ), parcialmente conocidas desde 2010, sobre los turbios manejos del banco británico HSBC, el mayor de Europa y uno de los más grandes del mundo, han resultado demoledoras para su imagen. Según las investigaciones del ICIJ, basadas en las filtraciones del informático de la filial del HSBC en Ginebra, Hervé Falciani, el banco no solo ocultó el dinero de sus clientes ricos sino que entre 2006 y 2007 les ofreció también la posibilidad de crear sociedades opacas en paraísos fiscales para evadir impuestos y violar la legislación de la directiva europea sobre ahorros.

La investigación de los atentados del 9 de enero contra la revista Charlie Hebdo y un supermercado kosher de París, ha puesto en evidencia las carencias del sistema educativo francés a la hora de hacer frente a la radicalización de los jóvenes musulmanes franceses, cuyas tasas de desempleo y delincuencia superan considerablemente la media nacional.

Si se toman literalmente las declaraciones del rey jordano Abdalá y de sus jefes militares, parecería que el atroz asesinato del piloto Moaz al Kasasbeh por los verdugos del Estado Islámico/Daesh, va a empujar al reino hachemí a borrar de la faz de la Tierra al grupo yihadista, que hoy controla unos 55.000 kilómetros cuadrados de territorio iraquí y sirio.

El proceso judicial abierto por la junta militar tailandesa contra la exprimera ministra Yingluck Shinawatra, derrocada en mayo y que podría ser condenada a 10 años de prisión por diferentes cargos de corrupción, es la indicación más clara de que el general Prayuth Chan-ocha, jefe de las fuerzas armadas y líder del golpe de la pasada primavera, va a alargar su permanencia en el poder hasta que el príncipe heredero, Maha Vajiralongkorn, suceda al anciano rey Bhumibol Adulyadej, de 87 años.