Tres años después del último de los dos viajes de José Luis Rodríguez Zapatero a China, Mariano Rajoy regresó al gigante asiático en una misión de claro contenido económico. La visita viaje había sido suspendida varias veces debido al contencioso bilateral por las órdenes de detención internacionales cursadas por jueces de la Audiencia Nacional contra exdirigentes chinos. Pero aunque el asunto ha sido zanjado, el viaje ha tenido escasos resultados concretos. Pese al anuncio de la firma de 14 acuerdos, todos son de escasa cuantía, en torno a unos 3.000 millones de euros en total.

Uno de los efectos colaterales de reciente guerra de Gaza ha sido el aumento de las agresiones –verbales y físicas– contra las comunidades judías de varios países europeos. El caso más preocupante es el de Francia, que tiene la mayor comunidad judía de la UE, con casi medio millón de personas. Según el presidente del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia, Roger Cukierman, se trata de un nuevo antisemitismo que mezcla la radicalización de los musulmanes franceses, la hostilidad de la extrema izquierda y la popularidad de la extrema derecha.

La detección del primer caso de ébola en EE UU, en un inmigrante liberiano que había estado en su país y que regresó a Dallas (Tejas) el 19 de septiembre, ha vuelto a demostrar la capacidad del virus de traspasar las fronteras del núcleo de países de África Occidental –Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry– en los que hasta ahora se ha concentrado la epidemia que ya ha causado la muerte de unas 3.000 personas.

La firma de un acuerdo bilateral de defensa entre EE UU y el gobierno de Afganistán que permitirá permanecer en el país a 12.500 efectivos extranjeros –9.800 de ellos estadounidenses– al menos hasta finales de 2016, al día siguiente de la toma de posesión del nuevo presidente afgano, Ashraf Ghani, ha disipado el temor de que el país pueda correr la misma suerte de Irak, que quedó en una situación sumamente vulnerable por la incapacidad de Bagdad y Washington para pactar un arreglo similar.

La decisión del gobierno de Colombia y las farc de hacer públicas 65 páginas de documentos que recogen los acuerdos logrados desde noviembre de 2012 en las negociaciones de paz de La Habana –en torno a la reforma agraria, la participación política de los guerrilleros desmovilizados y la lucha contra el narcotráfico–, es una clara señal de que ambas partes creen que el proceso de paz concluirá con éxito, probablemente en 2015.