La guerra en el sureste de Ucrania entre separatistas prorrusos y las fuerzas de seguridad de Kiev, y la captura por yihadistas suníes de las ciudades iraquíes de Mosul y Tikrit –que podría llevar al colapso al gobierno de Bagdad– suponen una prueba de fuego para los principios de política exterior delineados por Barack Obama en su reciente discurso ante los cadetes de la academia militar de West Point.

El paquete de medidas antideflacionarias anunciado por el BCE el 5 de junio fue recibido con un beneplácito casi unánime por los mercados. Sin embargo, ya han empezado a escucharse opiniones más escépticas sobre la posibilidad de que el plan logre elevar la inflación al 2%, reactivar el crédito en el sur de Europa y depreciar al euro frente al dólar.

Las dificultades para elegir al nuevo presidente de la Comisión Europea está amenazando con crear una crisis constitucional en la UE. Pero además ha colocado a la canciller Angela Merkel ante un difícil dilema cuya resolución requiere conciliar intereses muy contradictorios. Tras sus iniciales titubeos, la canciller ha terminado apoyando al candidato del Grupo Popular Europeo (GPE), Jean-Claude Juncker, enfrentándose con ello a los jefes de gobierno de Reino Unido, Suecia y Holanda, con los que mantuvo una minicumbre en Harpsund (Suecia) para discutir la cuestión. El primer ministro británico, David Cameron, ha descrito a Juncker como “un personaje de los años ochenta” y ha amenazado con el abandono de Reino Unido de la UE si su nombramiento sale adelante.

La conformación de un gobierno de unidad nacional el 2 de junio entre Al Fatah y Hamás cierra, al menos formalmente, la ruptura de las principales fuerzas políticas palestinas. A partir de ahora, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) podrá articular una estrategia común para abordar cualquier eventual negociación con Israel. Se trata, por ello, de una condición necesaria, pero en ningún caso suficiente para acabar con el generalizado pesimismo que pesa sobre el proceso de paz. Israel se ha apresurado a condenar al ostracismo al nuevo gobierno, al considerar que, con ese paso, el presidente de la AP, Mahmud Abbas, prefiere el terrorismo a la convivencia pacífica con el Estado judío.

El asalto al aeropuerto internacional Jinnah de Karachi, capital económica de Pakistán, por el Movimiento Talibán de Pakistán (Tehreek-e- Taliban Pakistan o TTP) el 8 de junio ha sido la más clara señal de las crecientes amenazas que se ciernen sobre Pakistán a medida que se acerca la fecha de la retirada de las fuerzas extranjeras de Afganistán. Las seis horas de combates que dejaron 37 muertos, 10 de ellos terroristas, después de una muy bien planificada operación en la que los miembros del comando se infiltraron en sus instalaciones con uniformes militares y armados con lanzagranadas y cinturones de explosivos, han puesto en evidencia la capacidad de los extremistas de golpear uno de los lugares mejor resguardados del país: su principal vía de comunicación con el resto del mundo.