Gran parte de los artículos publicados en la prensa de EE UU sobre la designación por Barack Obama de Janet Yellen para suceder a Ben Bernanke al frente de la Reserva Federal, se han centrado tanto en su personalidad y carácter como en sus méritos profesionales y académicos. No es casual. Nada ilustra tanto la naturaleza de la economía como la concesión este año del premio Nobel de esa disciplina a dos economistas, Robert J. Shiller y Eugene F. Fama, que defienden teorías opuestas sobre la racionalidad de los mercados y la formación de los precios

La victoria del ultraderechista Frente Nacional (FN) en las elecciones cantonales de Brignoles, cerca de Marsella, al sureste de Francia, ha hecho saltar las alarmas en Bruselas, donde crece el temor a una eventual alianza de partidos euroescépticos –o abiertamente eurófobos– para las próximas elecciones al Parlamento Europeo, en mayo de 2014.

TELEFÓNICA se está enfrentando a varios retos simultáneos: necesita reducir su enorme deuda y aprovechar las oportunidades que le ofrecen los movimientos de consolidación en el sector. La operadora, que está en el capital de Telecom Italia desde hace seis años, tiene un gran interés en ampliar su participación en ella, en parte por el mercado local, por lo que no descarta una fusión a medio plazo, pero mucho más por Brasil, un país donde la compañía transalpina tiene una filial muy rentable: TIM.

Las negociaciones en Ginebra entre Irán y el G-5+1, formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, difícilmente podrían haber empezado de manera tan auspiciosa. Tras las primeras dos sesiones, los interlocutores del G-5+1 destacaron el espíritu constructivo que reinó en el encuentro, debido a que, por primera vez, un equipo negociador iraní abordó los aspectos técnicos de su controvertido programa nuclear y propuso un calendario para resolver la crisis.

EL secuestro por unas horas el 10 de octubre del primer ministro libio, Alí Zeidan, por miembros una de las milicias que proliferan en el país, y la drástica caída de la producción petrolera, son dos claros indicadores, aunque no los únicos, del caos en el que está sumido Libia.