Al final de la última era glacial, el nivel de los océanos y mares del mundo era unos 220 metros más bajo que el actual, lo que hacía que, por ejemplo, gran parte del mar del Norte fuera un páramo desértico. Hoy, sin embargo, el cambio climático está elevando tanto el nivel del mar Mediterráneo que el delta del río Nilo desaparece paulatinamente, devorado por el avance de las aguas marinas, lo que saliniza los acuíferos y erosiona el suelo, haciendo inviable la agricultura en una zona que fue el granero del mundo antiguo.

La desintegración del cohete ruso Protón, el 1 de julio, ha sido el cuarto accidente que afecta a un cohete de este tipo en tres años. El Protón, que debía poner en órbita tres satélites del sistema de posicionamiento geoestacional ruso Glonass, análogo del gps de EE UU, explotó pocos segundos después de su lanzamiento en el cosmódromo de Baikonur (Kazajstán).

Desde el derrocamiento del presidente egipcio Mohamed Morsi, los ataques a bases militares en el norte del Sinaí han causado la muerte de docenas de personas, lo que ha obligado al ejército a lanzar operaciones represivas de mayor envergadura.

El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, no está solo en su empeño por reactivar el proceso de paz entre Israel y Palestina. En la última reunión del Foro Económico Mundial a orillas del mar Muerto, quedó patente el apoyo que recibe de un importante lobby, conocido como “Rompiendo el impasse”, de unos 300 empresarios israelíes, palestinos y ejecutivos de las principales multinacionales que operan en la zona.

El último informe sobre la piratería en el mundo, publicado el 15 de julio por el International Maritime Bureau (IMB), constata que la actividad de los piratas ha remitido considerablemente tanto en términos globales (138 incidentes en los primeros seis meses de 2013 en todo el mundo, frente a los 177 del mismo periodo de 2012), como en las aguas adyacentes a Somalia, con una caída del 78% entre 2011 y 2012.