Todo indica que Irlanda será el primer país de la periferia de la zona euro en salir del atolladero recesivo en el que se metió por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Poco más de dos años después de haber recibido una inyección de 85.000 millones de euros de la UE, en un rescate que se hizo indispensable tras la quiebra de sus grandes bancos, en especial el Anglo Irish, las constantes vitales del país han recuperado el pulso.

Tras la guerra fría se produjo en todo el mundo una sensible reducción de los presupuestos de defensa, pasándose de unos 1,1 billones de dólares en 1987 a alrededor del 0,7 billones en 1998. Pero ni aún así se lograron materializar los llamados “dividendos de la paz”.

El último Consejo de Ministros de Exteriores de la UE decidió renovar sus sanciones a Siria por un nuevo periodo de tres meses; pero a diferencia de lo ocurrido en noviembre, cuando confirmó el embargo de armamento a ambos bandos, en esta ocasión los ministros autorizaron el suministro a la oposición siria de material militar no letal de doble uso (chalecos antibalas y gafas de visión nocturna, entre otros) y asistencia técnica.

Las protestas internas en Rusia desde la reelección de Vladimir Putin han agudizado la imaginación del Kremlin para diseñar una campaña de contrapropaganda que distraiga la atención de la opinión pública. Sin embargo, sus esfuerzos reflejan las rutinas mentales de los siloviki, los exagentes del KGB que forman el núcleo duro del régimen, al querer resucitar las antiguas teorías conspirativas que culpaban a EE UU de todos los males que ocurrían en la Unión Soviética durante la guerra fría.

La contundente victoria de Rafael Correa con el 56,9% de los votos en las elecciones ecuatorianas, duplicando los votos de su inmediato rival, el banquero Guillermo Lasso (23,8%), y la mayoría absoluta de su partido, Alianza País, en el Parlamento, refleja muchas cosas, pero sobre todo el deseo de continuidad de un país que tuvo siete presidentes en los 10 años anteriores a las primeras elecciones ganadas por Correa, en 2007.