El triunfo electoral de los islamistas en Túnez y Egipto y las recientes revueltas en protesta por un vídeo que ridiculizaba a Mahoma, han reavivado los temores de que las “primaveras árabes” puedan dar paso a un “invierno integrista” a las puertas de Europa, justo cuando crece la sospecha de que Washington ya no está en posición –ni disposición– de garantizar la estabilidad en el Mediterráneo y Oriente Próximo.

Las manifestaciones violentas contra la embajada de EE UU y un colegio estadounidense en Túnez capital se saldaron con cuatro muertos el 14 de septiembre. Washington retiró su personal diplomático y recomendó a sus ciudadanos abandonar el país, uno de los primeros destinos turísticos del mundo árabe.

Al exigir a Washington que trace con precisión las líneas rojas que Irán no debe cruzar en su programa nuclear, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha decido apostar todas sus bazas a la derrota de Barack Obama, tratando de ayudar al candidato republicano, Mitt Romney, arañando pare él votos judíos, tradicionalmente demócratas, en Estados clave como Florida.

Desde 1951 la temperatura del Ártico ha subido el doble que la media mundial. Como resultado, en septiembre la capa de hielo que lo cubre alcanzó un mínimo histórico, 4,17 millones de kilómetros cuadrados, un 45% menos que en los veranos de los años noventa.

El 9 de septiembre, en la conferencia de la APEC en Vladivostok, el presidente chino, Hu Jintao, dijo que la economía de su país estaba sufriendo “intensas presiones” debido a la caída de las exportaciones. Si el gigante asiático no puede exportar, tampoco necesita importar materias primas en el volumen en que lo había estado haciendo.