Informe Semanal de Política Exterior
Oriente Próximo: Hamás-Al Fatah, un frente palestino
La firma en El Cairo de un acuerdo entre Hamás y Al Fatah, al que se han sumado otras 11 fuerzas políticas palestinas (Yihad Islámica incluida)
pone fin a casi cuatro años de fragmentación interna y lanza un proceso que deberá conducir a la formación de un gobierno de coalición integrado
por tecnócratas que preparará las próximas elecciones, presidenciales y legislativas, que deberían celebrarse antes de un año.
ISPE:
La muerte de Osama bin Laden: Golpe a la yihad global
La muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en el transcurso de una operación militar de EE UU para capturarlo y/o ejecutarlo en su
refugio en la ciudad paquistaní de Abbottabad, ha tenido una suerte de justicia poética, al producirse en medio de las revueltas de la primavera
árabe, la mayor demostración del fracaso de la ideología del integrismo islámico y de su proyecto de un internacionalismo panislamista.
Marruecos: Los yihadistas sabotean las reformas
El atentado del 28 de abril contra el café Argana, en la plaza central de Marraquech, con un balance de 16 muertos, 14 de ellos extranjeros, se
ha sumado a la larga serie de acciones terroristas del islamismo radical y que comenzó en esa misma ciudad, cuando dos españoles fueron asesinados en agosto de 1994 en el hotel Atlas Asni.
Banco Central Europeo: Draghi, alemán honorífico
El ascenso de Mario Draghi, gobernador del Banco de Italia al pináculo del Banco Central Europeo ya parece imparable. En octubre, cuando su actual presidente, Jean-Claude Trichet, deje el cargo, el banquero italiano tendrá todas las bazas para sucederlo, dado que es, con diferencia, el mejor preparado de todos los candidatos.
Francia: El ascenso de Marine Le Pen
El 20 de marzo, en la primera vuelta de las elecciones locales francesas, el Frente Nacional (FN) obtuvo un 15% de los votos, sorprendiendo a
los que daban a este partido de extrema derecha por acabado.
Brasil- China: ¿Una relación colonial?
La elección de China como destino de su primer viaje fuera de la región fue una clara señal de la importancia que atribuye la presidenta brasileña,
Dilma Rousseff, a la relación estratégica con el gigante asiático, que cada vez más analistas brasileños califican de colonial.