La reciente firma por Barack Obama de la ley de reforma del sistema financiero, el paquete de estímulo fiscal de 862.000 millones de dólares lanzado a principios de su mandato y la creación de un sistema de salud universal, todo ello en sus primeros 500 días en la Casa Blanca, son suficientes para calificar de histórica su presidencia.

Aún cuando parezca que las huelgas de los controladores franceses y griegos y el extraño absentismo de los españoles tienen poco que ver entre sí, lo cierto es que esas movilizaciones obedecen a los mismos propósitos: boicotear cualquier intento de racionalizar la gestión del tráfico aéreo en los cielos y aeropuertos del continente para unificar los cielos de la UE y abaratar el transporte aéreo.

El 1 de julio, Bélgica se hizo cargo de la gestión de la UE en unas circunstancias especialmente complicadas.

Aunque los titulares de la prensa egipcia vuelvan estos días al enésimo intento de su presidente, Hosni Mubarak, por mediar entre palestinos e israelíes, la verdadera lucha política se está librando en torno a las próximas elecciones presidenciales y que podrían poner fin al largo mandato de Mubarak, que gobierna desde 1982.

En la reunión del G-20 en Toronto (Canadá), la presidenta argentina, Cristina Fernández, puso a su país como ejemplo sobre lo que debían hacer los países endeudados para liberarse de la tutela del Fondo Monetario Internacional (FMI).