La aprobación por los irlandeses del tratado de Lisboa en referéndum el 2 de octubre despeja finalmente el camino de la reforma institucional de la Unión Europea, imprescindible para que asuma el papel global que le corresponde como principal bloque económico y comercial del mundo. El 67,1% de los electores apoyó la ratificación del tratado, frente a un 32,9% que votó en contra, lo que supone un cambio de un 20% a favor del “sí” respecto al referéndum celebrado en junio de 2008.

La rotación de continentes fue decisiva para que el Comité Olímpico Internacional (COI) concediera a Río de Janeiro la organización de los juegos olímpicos (JJ OO) de 2016. Pero no fue el único factor: la ciudad brasileña era la única donde el apoyo popular, prácticamente unánime, no objetaba los 14.000 millones de dólares que se invertirán para acoger la olimpiada. No ocurría lo mismo en Tokio, Chicago o Madrid.

Impedir que Irán tenga la bomba nuclear no es para Israel una opción política: es un imperativo nacional. Los analistas políticos israelíes están convencidos de que esa posición abarca el espectro político del país en casi su totalidad. Otros consideran incluso que un conflicto armado con Irán es inevitable si Occidente no logra disuadir al régimen de Teherán de cancelar su programa de enriquecimiento de uranio.

La multa de 3.200 millones de dólares impuesta por el gobierno del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, al grupo de Aydin Dogan, el mayor propietario de medios de comunicación privados del país, por una supuesta evasión de impuestos, ha nutrido el arsenal de argumentos de quienes en Europa se oponen al ingreso de Turquía en la UE.

Desde el comienzo de la revolución industrial, los países hoy desarrollados han emitido las dos terceras partes de los gases de efecto invernadero que se encuentran en la atmósfera terrestre. Aún hoy, el 60% de esas emisiones proviene de las naciones industrializadas, que sólo albergan al 20% de la población mundial.