La factura que paga España por sus importaciones de energía ha empezado a pesar seriamente sobre el equilibrio de la balanza de pagos exterior. Y la situación podría empeorar si sigue adelante la estrategia de optar por el gas como la energía primaria básica para la generación de electricidad. Mientras el crudo –y el gas, que le va indexado– se mantuvo entre los 15 y los 20 dólares, la factura no suponía un mayor problema. Entre 1996 y 1999, pese a que el parque automotriz atravesaba por un fuerte crecimiento, todos los pagos energéticos españoles subieron apenas de 7.274 millones de dólares a 9.949 millones (un 36,8% más).

George W. Bush ha presentado un proyecto de presupuesto para el año fiscal 2007 en el que solicita del Congreso un aumento de la partida para el departamento de Defensa del 6,9% y de un 8% para el que se ocupa de la seguridad del territorio, al tiempo que plantea reducciones en otras partidas presupuestarias como la atención a los ancianos, los gastos de la seguridad social o las subvenciones a los agricultores.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, dijo a los asistentes al Foro Social Mundial celebrado este año en Caracas (24-29 de enero), que “el imperio” estaba tratando de introducir una cuña entre los gobiernos de izquierda latinoamericanos inventando una distinción entre “los locos y los estadistas”. Según Chávez, “el imperio es muy inteligente al plantear que los locos son Fidel Castro, Chávez y ahora también Evo Morales”. Los estadistas, siguió diciendo, serían el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el argentino Néstor Kirchner, el chileno Ricardo Lagos, y el uruguayo Tabaré Vázquez. “Pero todos estamos siguiendo la misma senda y eso es lo que importa”, concluyó. La suya fue la posición moderada.

La gira africana durante el pasado enero del ministro de Asuntos Exteriores chino, Li Zhaoxing, ha demostrado que África está girando su atención del Norte hacia el Este, y también que la voracidad del gigante asiático de materias primas y energía es insaciable. El jefe de la diplomacia china visitó seis países cuidadosamente elegidos: Cabo Verde, Senegal, Malí, Liberia, Nigeria y Libia.

Las primeras reacciones internacionales a la victoria de Hamás parecían indicar que las principales potencias implicadas en el proceso de paz palestino-israelí plantearían de inmediato a esa organización una alternativa: o cambia de política o afronta el aislamiento internacional. Se partía del principio de que cualquier cooperación con un futuro gobierno palestino encabezado por Hamás sin que éste modifique sustancialmente sus posiciones frente a Israel (su rechazo a la existencia misma del Estado judío y la promoción de la violencia para la obtención de sus objetivos) legitimaría unas políticas con las que la comunidad internacional no puede transigir.