Austria ha asumido la presidencia de la Unión Europea durante el primer semestre de 2006 bajo la advocación de Amadeus Mozart, de quien se celebra el 250 aniversario de su nacimiento, pero a juzgar por las primeras declaraciones de sus dirigentes parece que el verdadero patrón de la actual Europa no será el genial músico sino Sigmund Freud, el creador vienés del psicoanálisis, de quien se conmemora también este año el 150 aniversario de su nacimiento.

La canciller alemana, Angela Merkel, podría convertirse en la revelación política europea de 2006. Si antes de su toma de posesión en noviembre pocos apostaban por su futuro al frente de la “gran coalición” entre socialdemócratas (SPD) y democristianos (CDU), los elogios a su gestión comienzan a predominar entre los analistas. Según el último sondeo de Infratest Dimap, Merkel lograría hoy el 39% de los votos, cuatro puntos más que en las elecciones. Los socialdemócratas, por su parte, perderían tres puntos, pasando del 34% al 31%. Según esa misma consulta, el 60% de los alemanes (49% hace un mes) considera que Merkel está haciendo una buena labor de gobierno. El 50% de los votantes socialdemócratas piensa lo mismo.

El proyecto de ley de “protección fronteriza, antiterrorismo y control de inmigración ilegal” aprobado en diciembre por la Cámara de Representantes de Estados Unidos por 239 votos contra 182 para construir un muro gigantesco dotado de cámaras, sensores y potentes reflectores a lo largo de l.000 kilómetros de las zonas fronterizas más pobladas entre EE UU y México, ha deteriorado aún más las relaciones interamericanas, acentuando el creciente giro a la izquierda en todo el subcontinente.

Tras varias semanas de tensiones en diciembre, el nuevo año comenzó con una breve guerra energética entre Rusia y Ucrania en torno al gas. La interrupción por parte del monopolio ruso Gazprom del suministro de gas que canaliza hacia Ucrania, después de que el gobierno de Kiev rechazara una subida del precio de más del 400%, puso de manifiesto al mismo tiempo que Moscú aún conserva importantes instrumentos de presión internacional como la vulnerabilidad de Ucrania y la de varios países de la UE ante los vaivenes políticos de sus vecinos del Este

El 29 de septiembre cerca de 3.000 refugiados sudaneses acamparon frente a la sede de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en El Cairo. Se trataba de un grupo que había huido de su país a causa de la guerra civil entre el Norte musulmán y el Sur cristiano y animista que desde hace dos décadas ha causado la muerte de más de dos millones de personas. Los refugiados protestaban por sus condiciones de vida en Egipto y reclamaban el reasentamiento en un tercer país. Durante tres meses vivieron en un parque en condiciones miserables. El 22 de diciembre se negaron a aceptar el acuerdo que sus líderes habían alcanzado con Acnur, que les ofreció la concesión del estatuto de solicitantes de asilo y una pequeña ayuda financiera.