Las cinco potencias nucleares se comprometieron en 2022 a hacer todo lo necesario para evitar una guerra nuclear y frenar la proliferación. El balance un año después es demoledor. Hoy el mundo solo cuenta con el Tratado de No Proliferación y el Nuevo START, del que Rusia se desmarcó el pasado 21 de febrero, suspendiendo indefinidamente su compromiso.

La Unión Europea importa el 93% de los minerales procesados que consume, y prevé un incremento importante de la demanda de litio y cobalto para 2050, aunque con sus recursos propios solo podrá cubrir el 5%. En Bruselas está cada vez más consolidada la idea de que las compañías europeas deben volver a explotar y procesar minerales estratégicos, algo que dejaron de hacer décadas atrás.

Mientras se repiten los naufragios de embarcaciones repletas de inmigrantes en el Mediterráneo y la frontera sur de Europa, la UE se ha movilizado para abordar una de las lagunas legislativas más relevantes: la regulación común sobre migraciones y asilo. Los ministros de Interior de la Unión han alcanzado un esperanzador pacto, en el que destaca la penalización de los gobiernos si rechazan acoger a los migrantes.

El gobierno estadounidense aplica sanciones a unas 12.000 personas o entidades a las que se les niegan visados, congelan fondos, expropian activos y restringen exportaciones de tecnología. La experiencia ha demostrado, no obstante, que si no funcionan en los dos primeros años, las sanciones casi nunca logran forzar cambios políticos o económicos significativos.