Donald Trump se ha hecho merecedor de los elogios del establishment de Washington, la prensa y los principales aliados internacionales de Estados Unidos por varias razones: el lanzamiento de 59 misiles Tomahawk contra una base aérea siria; la bomba GBU-43 lanzada contra un complejo de túneles de Daesh en Afganistán; y por el envío del portaaviones USS Carl Vinson al mar de China Oriental.

La estrecha victoria –51,4%-48,6%, 1,3 millones de votos de diferencia– en el referéndum constitucional turco del 16 de abril, ha formalizado en cierta medida el régimen autocrático que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, ejercía de facto desde el golpe militar del verano de 2016, lo que va a paralizar, quizá definitivamente, el languideciente proceso de adhesión de Turquía a la UE.

La solicitud de quiebra presentada el 12 de abril ante los tribunales de EEUU por Westinghouse ha sorprendido a muchos observadores, por ser el primer productor mundial de reactores nucleares e instalado la mitad de las centrales atómicas de todo el mundo, incluidas cinco de las ocho plantas que funcionan en España.

La imagen de Evangelina Chamorro, arrastrada tres kilómetros por los huaicos –riadas de lodo en quechua, provocadas por lluvias torrenciales–, y emergiendo del barro que la ahogaba, fue la imagen misma de la devastación que provoca el cambio climático. La intensidad de las lluvias en el norte del país la provocó el llamado Niño costero, el calentamiento de las aguas del Pacífico que se produce cada ciertos años por el debilitamiento de la corriente fría de Humboldt, que llega a la costa chilena y peruana desde Oceanía, provocando que Perú tenga un clima más templado que el que le correspondería por su ubicación cercana a la línea ecuatorial.