Tras la frustrada recapitalización privada del Monte dei Paschi de Siena (MDP), estimada en unos 5.000 millones de euros, el gobierno italiano no tuvo más remedio que rescatar la entidad el 23 de diciembre, aprobando un fondo de 20.000 millones de euros, autorizado dos días antes por el Parlamento, que se utilizará para reflotar bancos en dificultades.

El año que comienza mostrará en todo su alcance las consecuencias de la deserción británica de la UE. Aunque los plazos del Brexit siguen estando en el aire, la primera ministra, Theresa May, ha conseguido apoyo parlamentario para activar el artículo 50, que desencadenará el proceso, antes de finales de marzo. Se trata de una moción no vinculante de la Cámara de los Comunes, pero de gran simbolismo político.

Aunque aún quedan cuatro años para que alcance su plena operatividad, tras 17 de controversias, marchas y contramarchas, el sistema europeo de posicionamiento global por satélite Galileo, acaba de prestar sus primeros servicios, alcanzando así un punto de no retorno.

Según un estudio de la London School of Economics, desde 1960 un 43% de los líderes africanos fueron encarcelados, asesinados o enviados al exilio tras perder el poder. Con esos antecedentes, no es extraño que el presidente de República Democrática del Congo (RDC), Joseph Kabila, se haya negado a abandonar el cargo el 19 de diciembre, cuando concluyó su mandato. Desde la independencia en 1960, ningún presidente congoleño ha dejado el poder de forma pacífica tras unas elecciones.

En las últimas décadas, el boom de la electrónica de consumo, que comenzó en los años sesenta con las radios de transistores, ha inundado el mundo con los múltiples gadgets asociados a Internet, los videojuegos en red y la industria musical y del entretenimiento. Pero la gran conectividad que han permitido esos dispositivos ha ido paralela a un fenómeno menos conocido pero de inmensas repercusiones para el medio ambiente: la basura electrónica, que contiene altas concentraciones de metales tóxicos como plomo, cadmio y mercurio, entre otros. Solo los consumidores de EEUU generan alrededor de 3,14 millones de toneladas anuales de residuos electrónicos, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA).