En octubre de 2013 la muerte de más de 300 migrantes que trataban de llegar a Italia cruzando el Mediterráneo empujó al gobierno italiano y a la UE a redoblar las misiones de rescate en los alrededores de la isla de Lampedusa. Hace unos días, más de 200 personas murieron en similares circunstancias en la costa de Egipto, pero los medios de comunicación occidentales apenas se hicieron eco de la noticia.

Al renovar el mandato de Jeremy Corbyn como secretario general, los laboristas británicos han aprobado su intención de virar tanto hacia la izquierda que su objetivo real parece ser convertir el partido en un movimiento populista, un poco al estilo de Syriza en Grecia o Podemos en España. Corbyn está convencido de que puede traducir en victorias electorales el descontento ciudadano que le llevó a liderar la oposición.

Una vez fracasada la “tregua-trampa” que ha puesto en evidencia la impotencia de la maquinaria diplomática internacional, las armas han vuelto a recuperar el protagonismo en Siria, con el más feroz bombardeo sobre Alepo del último lustro. El jeque Hasan Nasrallah, líder de Hezbolá, que tiene a miles de combatientes luchando lado a lado con las tropas leales a Bachar el Asad, ha sido claro al declarar que en Siria “todo se decidirá en los campos de batalla”.

Las maniobras dilatorias del presidente de República Democrática del Congo (RDC), Joseph Kabila, para intentar retrasar sine die los comicios presidenciales, previstos para el 27 de noviembre, y así perpetuarse en el poder, amenazan con sumir el país, el más extenso de África subsahariana, en el caos y la violencia.

Hace 40 años, el 20 de septiembre de 1976, agentes de la dictadura chilena incrustaron explosivos plásticos en el Chevrolet de Orlando Letelier, excanciller de Salvador Allende, aparcado en su casa de Bethesda, Maryland. En la mañana del día 21, la bomba explotó cuando Letelier bordeaba el Sheridan Circle, casi en frente de la embajada chilena en Washington. Murió poco después.