El Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos cumple diez años. El principal think tank español se creó en diciembre de 2001, aunque no empezó a funcionar hasta el año siguiente. Durante estos diez años de vida, el centro de investigación ha tenido la oportunidad de ver cómo España ha desempeñado papeles muy diferentes en el escenario internacional. Desde punta de lanza de un nuevo orden mundial, ejemplo de sociedad avanzada o alumno aventajado de la clase, hasta vagón de cola de una Europa en decadencia o miembro de una periferia nada modélica.
El Instituto Elcano nació con el objetivo de servir de foro de análisis y discusión sobre la actualidad internacional, en especial sobre las relaciones internacionales de España. Creado con respaldo público y privado, el Instituto respondía a la aspiración de contar con un gran think tank de referencia que se ocupara de la política exterior española. Según el Índice de James McGann de think tanks globales, España ocupa, con 55 instituciones, la 17ª posición por número de think tanks.
El Instituto Elcano figura, de acuerdo con este índice, entre los 75 think tanks más influyentes del mundo. Le acompañan otros dos centros españoles: FAES y Fride. Ninguno aparece en la lista de los 25 mejores del mundo y uno solo, que no estaba en la selección inicial, Cidob, lo hace en el ranking de los 50 mejores entre los no norteamericanos.
La naturaleza y composición del Instituto trata de garantizar, de acuerdo con sus propias palabras, “tanto su apartidismo como su independencia”. No está claro que lo haya conseguido plenamente. Según explican Áurea Moltó y Cristina Manzano en el último número de Política Exterior, “todavía está pendiente que surja una institución no partidaria, plural, independiente, dedicada específicamente al análisis de la política exterior española y de las diversas opciones internacionales para el país”.
Del presupuesto anual del Instituto, de aproximadamente 4 millones de euros, algo menos del 25% procede de la administración pública, a través de cuatro ministerios: Asuntos Exteriores y de Cooperación, Defensa, Economía y Cultura. El restante 75% proviene del sector privado y consiste en aportaciones anuales de las grandes empresas y bancos que forman parte de su Patronato y de su Consejo Asesor Empresarial. Entre estas empresas figuran las principales multinacionales españolas, como EADS-CASA, Endesa, Iberdrola, Indra, La Caixa, Repsol YPF, Banco Santader o BBVA.
Entre los investigadores que forman parte del Instituto, destacan algunas referencias a nivel mundial, como el caso de Fernando Reinares en el campo del terrorismo internacional. Los investigadores se ocupan de muy diversas áreas: energía y cambio climático, cooperación internacional y desarrollo, seguridad y defensa, o las diferentes regiones del globo, entre otras.
Nuestra revista supone una plataforma habitual para dar salida a los análisis de este equipo pujante de investigadores. En el próximo número de Política Exterior, sin ir más lejos, Federico Steinberg, especialista en economía y comercio internacional, escribe sobre el nuevo reparto del poder económico tras la crisis. Y Reinares analiza el futuro del Al Qaeda tras la muerte de Osama Bin Laden.
Para más información:
Ignacio Molina e Iliana Olivié, «IEPG: un índice para medir la globalización». Política Exterior núm. 141, mayo-junio 2011.