Por Marcin Czubala.
La década de los años noventa, aparte de las primeras elecciones libres y democráticas tras la época comunista, trajo también el “Plan Balcerowicz”, una serie de reformas que permitieron transformar la economía polaca de planificación centralizada en una basada en el mercado.
Al mismo tiempo el país contó con ayuda francesa y estadounidense para crear la bolsa de Varsovia, mientras las entidades bancarias extranjeras ponían a su disposición los conocimientos necesarios para la construcción de un sector financiero moderno y estable. El crecimiento económico acompañado por el desarrollo de las instituciones democráticas modernas hizo posible que, en tan sólo dos décadas, una economía en caída pasara a ser estable y próspera.
Según el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) el crecimiento de Polonia previsto para 2011 superó las expectativas, demostrando la resistencia de su economía a las vulnerabilidades de la zona del euro. Sin embargo, según su último informe la economía polaca se desacelerará hasta el 3,1% en 2012, antes de crecer, ligeramente, al 3,7% en 2013. Todo esto debido a la crisis de la zona euro, aunque el BERD subraya que las posibles limitaciones del suministro de petróleo también pueden tener un efecto negativo sobre la región.
No podemos olvidar que, hoy día, la inflación subyacente se ha convertido en el problema de algunas de las economías de rápido crecimiento de la zona. Polonia, Eslovaquia o Lituania son ejemplos de países donde esta situación no tuvo un impacto tan grave.
Aunque en la actualidad la economía polaca nota levemente la influencia de la crisis financiera, es la amplia base de recursos humanos, los costes laborales relativamente bajos, los servicios de alta calidad, la estabilidad política y económica, así como la infraestructura desarrollada, lo que atrae a los empresarios extranjeros, consiguiendo que el número de inversiones extranjeras directas siga manteniéndose más o menos en el nivel anterior. Por otro lado, teniendo en cuenta las previsiones anteriores del BERD, en un futuro próximo Polonia tendrá posibilidades de convertirse en el mayor centro europeo de servicios avanzados para el negocio global, lo que parece justificado dado el gran número de instituciones financieras extranjeras que operan en su territorio, demostrando su desarrollo.
Apuesta por el euro
No se puede olvidar que durante las especulaciones sobre la posible salida de Grecia de la zona euro, Polonia ha sido uno de los países que más ha luchado por la moneda común europea. Se trata de un ejemplo de país donde la crisis casi no dejó huella, el crecimiento económico continúa y la sociedad muestra un fuerte entusiasmo por el proyecto comunitario. Por otro lado, la presidencia del Consejo de la Unión Europea fue un momento decisivo para la percepción de este país en el escenario europeo. A pesar de que Polonia no está en la zona euro y la crisis de la moneda única determinó con fuerza los seis meses de su primera presidencia en el Consejo de la Unión, el país logró enviar en tiempos difíciles una señal importante de apoyo a la profundización de la integración europea y la estabilidad del euro.
Dada la situación actual, no se pudieron llevar a cabo los grandes debates, pero esto no excluyó la posibilidad de actuar de modo eficaz y eficiente. Entre otros, se han cerrado las negociaciones sobre el “Six Pack”, una serie de actos jurídicos comunitarios con el objetivo de proteger la estabilidad financiera en la zona euro y en la UE, así como tomar el protagonismo en el debate sobre la idea de la Europa de las dos velocidades, rechazándola por completo y demostrando de este modo la confianza en sí misma y su espíritu europeísta.
Cabe mencionar que más del 80% de los encuestados indican que Polonia se ha beneficiado de la adhesión a la UE, lo que demuestra el nivel de europeísmo y el potencial del país, que puede ser aprovechado en el proceso de integración. Al mismo tiempo, el gobierno de Donald Tusk, que parece cuenta con un gran apoyo social, apuesta por la implementación de la moneda única lo más rápido posible, aunque debido a la situación económica europea actual este cambio se prevé, como pronto, para finales de 2015.
Líder regional
Tras la presidencia, la prensa internacional subrayaba que Polonia ocupa un lugar especial, ejerciendo de líder entre los Estados que no pertenecen a la zona euro. Por otro lado, sus competencias en los asuntos de política regional y de vecindad hacen de ella un socio muy valioso para los otros Estados miembros. Hoy día es un precursor y modelo para otros países de Europa del Este que, al mismo tiempo, quiere convertirse en una fuerza en Unión Europa y ocupar el lugar que siempre ha considerado conveniente para sí mismo. A largo plazo quiere también ser un factor inspirador para los antiguos miembros de la Unión Soviética, demostrándoles que las reformas sensatas, combinadas con una estrecha integración con la UE, pueden cambiar por completo su futuro, permitiéndoles tomar el rumbo del desarrollo no solamente económico, sino también político.
La Polonia de hoy es un país que cree en una Europa más amplia y más unida. Un país que quiere y es capaz de cumplir su compromiso de organizar la Eurocopa, a pesar de aguantar un amplio boicot internacional debido a la encarcelación y malos tratos sufridos por la ex primer ministra ucraniana Yulia Timoshenko. Todo esto que un país es capaz de cambiar las cosas y mejorar, pero no olvidemos que tampoco se ganó “Zamora en una hora”.
Marcin Czubala es politólogo. Puede seguirlo en @eleuropeista.
Para más información:
Beata Wojna, “Polonia en busca de su lugar en la Unión Europea”. ARI 121 del Real Instituto Elcano, diciembre 2006.
Anna Sroka, “Las luces y sombras de la Presidencia polaca del Consejo de la UE”. ARI 94 del Real Instituto Elcano, enero 2012.
Ireneusz Karolewski, Monika Sus, “The Polish EU Council Presidency: Poland as a mediator”. Friedrich Ebert Stiftung, junio 2011.
Katarzyna Wolczuk, “Perceptions of, and Attitudes towards, the Eastern Partnership amongst the Partner Countries’ Political Elites”. Eastern Partnership Review, diciembre 2011.