La región latinoamericana ha capeado mejor que otras regiones (véase el caso de Estados Unidos o Europa) la crisis económica y financiera global que estalló en 2008. La región sufrió los estragos de la crisis, sin duda, y entró en un profunda recesión: en 2009 el Producto Interior Bruto (PIB) latinoamericano descendió un 1,8%, una reducción mayor que la que siguió a las crisis asiática (1997), rusa (1998) o estadounidense de 2001. Con todo, la reacción de la región fue mejor que la observada en las economías de la OCDE, que registraron una caída media del 3,5% del PIB.
En la actualidad, la región se encuentra entre los líderes de la recuperación. Zhu Min, asesor del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha acuñado en Davos el concepto de la salida del túnel en tres velocidades. América Latina, junto con Asia, se sitúan en los puestos de cabeza y crecerán en 2011 en torno al 6%; Estados Unidos lo hará al 3%, mientras que Europa no pasará del 2%.
¿Cuáles son las causas de estos buenos resultados macroeconómicos? El debate está abierto. “¿Cabe atribuirlo a factores internos de la región, como su recién adquirida resistencia económica, fruto de sus prudentes políticas fiscales y monetarias? -se preguntan los analistas del informe Latin American Economic Outlook-. ¿O más bien conviene agradecérselo a factores externos, como por ejemplo a las oportunas inyecciones multilaterales de liquidez del FMI o la emergencia de China como fuente tanto de recursos financieros como de demanda?”.
La respuesta más plausible es una combinación de ambos factores, aunque todavía es pronto para cuantificar el peso de cada uno. Los dirigentes de la región, de todos modos, harían mal en caer en la autocomplacencia, pues los retos que plantea 2011 son importantes. A corto plazo, los riesgos por el tipo de interés y cambiario siguen constituyendo serios obstáculos para el desarrollo financiero nacional. A largo plazo, el desafío de hacer sostenible el crecimiento ahora experimentado supone un cambio de mentalidad y superar las presiones políticas que buscan ganancias inmediatas.
Clases medias
Un factor positivo a la hora de transformar el crecimiento en sostenible son las emergentes clases medias latinoamericanas. Según el estudio del economista de la Universidad de Nueva York William Easterly, la existencia de una clase media nutrida y relativamente próspera tiene una significativa correlación con el crecimiento a largo plazo.
El Latin American Economic Outlook se centra este año en el papel de estos estratos, realizando un análisis exhaustivo de las clases medias en América Latina. Los datos indican que Uruguay concentra el mayor porcentaje de clases medias, por encima del 50% de la población, mientras que Bolivia y Colombia cuentan con unos estratos medios que representan aproximadamente un tercio de la misma. En general, indica el informe, son estratos económicamente vulnerables, debido a los elevados niveles de desigualdad, así como a una deficiente estructura de instituciones e incentivos económicos que, con demasiada frecuencia, ha recompensado la captación de rentas en vez de la iniciativa empresarial.
Para más información:
Luis Esteban G. Manrique, «Educación, el mejor plan contra la pobreza». Economía Exterior núm. 55, invierno 2010-2011.
The Economist, «Inequality: the rich and the rest». Artículo, enero 2011.
Luis Esteban G. Manrique, «América Latina se desacopla poco a poco de EE UU». Economía Exterior núm. 51, invierno 2009-2010.
Enrique V. Iglesias, «América Latina ante la crisis de la globalización». Economía Exterior núm. 48, primavera 2009.