Oriente Próximo: las fichas se mueven en el tablero de ajedrez

 |  20 de mayo de 2011

En las últimas semanas se ha producido una serie de movimientos importantes en el tablero del conflicto de Oriente Próximo, el cual hace menos de año parecía abocado a un estancamiento fatal. Estos movimientos, a su vez, se enmarcan en un contexto más amplio de cambio en toda la región, donde la primavera árabe ha descolocado casi todas las fichas de este ajedrez eterno entre palestinos e israelíes. Algo, sin duda, se está moviendo en Oriente Próximo.

Para empezar, la firma de un acuerdo entre Hamás y Al Fatah (junto a otras 11 fuerzas políticas palestinas, entre ellas la Yihad Islámica) que pone fin a cuatro años de luchas intestinas. El gobierno israelí, presidido por Benjamín Netanyahu, no ha tardado en declarar que el acuerdo “es un duro golpe para la paz y una gran victoria para el terrorismo”. Netanyahu presentará su propio plan de paz el 24 de mayo en una sesión plenaria del Congreso de EE UU para neutralizar la posibilidad de que la ONU termine por apoyar la creación de un Estado palestino en su Asamblea General, en septiembre de este año.

La superpotencia estadounidense, a su vez, se ha visto obligada a mover ficha. La renuncia del enviado especial estadounidense, George Mitchell, ha provocado que la Casa Blanca tenga que reaccionar para dar un nuevo impulso a un proceso de paz que no termina de arrancar. Es por ello que el presidente de EE UU, Barack Obama, ha dedicado toda una semana al Norte de África y Oriente Próximo, con reuniones con el rey jordano, Abdalá II, y el propio Netanyahu. Como punto culminante, un discurso con el que busca sentar las bases para una nuevo enfoque estadounidense hacia la región.

Estados Unidos ha dejado claro que se opone al plan para que la Asamblea General de las Naciones Unidas reconozca un Estado palestino. La Casa Blanca insiste, además, en la necesidad de que la Autoridad Nacional Palestina reconozca el “carácter judío” de Israel y le insta a evitar toda conexión con “elementos terroristas”. Esto es, Hamás debe aceptar el derecho a la existencia del Estado judío. Por otra parte, Obama sienta una vez más las bases de las negociaciones: una Palestina viable y un Israel seguro; es decir, dos Estados: seguridad por territorios. ¿Con qué fronteras? “Las fronteras de Israel y Palestina deberían de estar basadas en las línea de 1967, con intercambios mutuamente aceptados”, afirmó el presidente estadounidense en el discurso.

Con esta iniciativa, el presidente norteamericano revisa el papel jugado por su país durante décadas en Oriente Próximo y trata de evitar el rumbo de colisión que ha tomado el conflicto palestino-israelí. Las manifestaciones para conmemorar “la catástrofe” (Nakba) que supuso para los palestinos la creación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948, acabaron en violentos disturbios en la fronteras de Israel con Siria y Líbano, en lo que podría ser el ensayo para una tercera intifada palestina.

Para más información:

Jaime Ojeda, “Carta de América: EE UU y el cambio político en Oriente Próximo”. Política Exterior núm. 140, marzo-abril 2011.

Daoud Kuttab, “Hamás y Al Fatah, ¿una batalla interna o una guerra por delegación?”. Afkar/Ideas núm. 26, verano 2010.

Carla Fibla, “Jerusalén Este y Cisjordania: batalla por el espacio”. Afkar/Ideas núm. 26, verano 2010.

Sundeep Waslekar, “El coste del conflicto en Oriente Próximo”. Afkar/Ideas núm. 24, invierno 2009-2010.

Diyana Ishak, “¿Podrá EE UU encontrar una nueva vía en Oriente Próximo después de Bush?“. Afkar/Ideas núm. 19, otoño 2008.

Norman Birnbaum, “Oriente Próximo en la política americana”. Afkar/Ideas núm. 17, primavera 2008.

Ricard González, “El ‘lobby’ proisraelí y el proceso de paz”. Política Exterior núm. 136, julio-agosto 2010.

Xavier Batalla, “Las tres virtudes de Israel”. Política Exterior núm. 133, enero-febrero 2010.

 

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