Los musulmanes esperan impacientes el discurso de Barack Obama en El Cairo. El presidente de Estados Unidos ha elegido Arabia Saudí y Egipto para inaugurar la política de su administración hacia Oriente Próximo. Desde la Universidad de El Cairo Obama hablará a los 1.300 millones de musulmanes del mundo, en lo que se interpreta como una convocatoria para una nueva relación.
Según Khalil al-Anani, analista de Al Ahram Center for Political and Strategic Studies, con sede en El Cairo, la elección de Egipto es muy iteligente, «más estratégica que simbólica»: Egipto es un actor fundamental en los conflictos de la región, es el país árabe más grande y más antiguo, es el único que ha firmado un acuerdo de paz con Israel y puede desempeñar un papel vital a la hora de contener a Irán.
Aunque se espera que el conflicto palestino-israelí sea el centro del discurso de Obama en El Cairo, el presidente y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, han insistido en la necesidad de un enfoque global para resolver los problemas de Oriente Próximo. En una entrevista el 26 de enero en la cadena de televisión Al Arabiya –la primera concedida como presidente de EE UE–, Obama afirmó: «No podemos pensar en el conflicto palestino-israelí sin pensar en lo que está pasando en Siria, Irán o Líbano, en Afganistán o Pakistán. Son cuestiones interrelacionadas (…) Si vamos a mirar a la región como un todo, tenemos que enviar al mundo árabe y musulmán el mensaje de que estamos listos para iniciar una nueva asociación basada en el respeto y el interés mutuos. sólo así podremos hacer avances significativos» .