El 20 de enero de 2009, Barack Obama asumía la presidencia de Estados Unidos. Había sido senador por el Estado de Illinois entre enero de 2005 y noviembre de 2008. En ese mes se convirtió en el cuadragésimo cuarto presidente electo de EE UU. Obama es el primer candidato afroamericano del Partido Demócrata y el único en convertirse en presidente.
Bajo el título, ‘Un año de Obama’, ECONOMÍA EXTERIOR propone un recorrido por el primer año de gobierno de un mandatario convertido en icono antes de llegar a la Casa Blanca.
Barack Obama llegaba al poder con la ventaja de suceder a George W. Bush, que abandonó el cargo con una de las popularidades más bajas de la historia de EE UU, y con la desventaja de recibir de su antecesor un país sumido en la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de 1929. La quiebra de Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión norteamericano, en septiembre de 2008. pronto se convirtió en el símbolo inequívoco de un terremoto económico.
Durante la crisis se han perdido más de siete millones de empleos en EE UU. En su artículo, La debilidad del mercado de trabajo, José Luis Martínez Campuzano da cuenta de la delicada situación del empleo y de las medidas adoptadas por el presidente para combatirla. Por otra parte, la fragilidad del dólar ha llevado a los bancos centrales del mundo a considerar la diversificación de sus reservas.
Pero no sólo la crisis ha marcado el primer año de Obama. La reforma sanitaria, una de sus banderas de campaña, ha protagonizado el debate político norteamericano, desde el inicio hasta el final de 2009. Como explica Fernando Barciela, Obama aspiraba a dar cobertura médica a los millones de estadounidenses que se encuentran fuera del sistema y a frenar el incremento de los costes de la asistencia sanitaria. Se enfrentaba, entre otros, a una industria, la de la salud, hasta ahora con libertad total para fijar sus precios y las condiciones de prestación de sus servicios.
También la energía ha estado en el ojo del huracán. En su artículo La política energética de Obama después de un año, Paul Isbell explica cómo Estados Unidos ha avanzado más en esta materia durante 2009, que en cualquier otro momento desde finales de los años setenta y los ochenta. A su juicio, entre las medidas del gobierno y las del Congreso, se han sentado las bases para una revolución en las fuentes de energía en EE UU y en el mundo.
Pero si la política interna ha sido agitada, también lo ha sido la política internacional de Barack Obama, cuya visión de la diplomacia y del papel hegemónico del país que preside, le ha valido, entre otras cosas, un controvertido premio Nóbel de la Paz.
La relación con Asia, dice Jaume Giné, apuesta de Obama. El vínculo con América Latina, subcontinente que ha salido airoso de la crisis financiera, o África subsahariana, referente indiscutible de Barack Obama, son algunos de los temas que se abordan en este número de ECONOMÍA EXTERIOR.