Una nueva generación de consolas desembarca en España. El 28 de noviembre llegaron las primeras PlayStation 4, última versión de la popular plataforma de videojuegos. Lanzada a mediados del mes pasado en Estados Unidos, la Play Station 4 alcanza ya 2,1 millones de ventas, volumen considerable si se tiene en cuenta que el precio de cada una ronda los 400 euros. En vista de la enorme demanda que han generado, se espera que estas consolas se agoten temporalmente en nuestro país.
El producto estrella de Sony compite con el último de Microsoft, la Xbox One, lanzada el 22 de noviembre. La PlayStation 4 cuenta con importantes bazas, entre ellas las últimas entregas de sagas de culto como el Call of Duty y el Assassin’s Creed. En España la preferencia por el producto de Sony es clara, pero no así en otros países: en Estados Unidos, la Xbox One desbancó a la PlayStation 4 el pasado Black Friday. Se espera que Sony consolide su liderazgo, pero aún caben sorpresas en un sector en el que, como señala The Economist en sus gráficos, las fluctuaciones son considerables. Nintendo, el tercero de los grandes del sector, permanece a la zaga: su Wii U, inaugurada el año pasado, apenas ha alcanzado el 5% del volumen de ventas al que aspiraba. El contraste con la exitosa Wii, que vendió diez millones de ejemplares entre 2006 y 2013, es notable. Es posible que el desplome de la compañía se vea aminorado por el reciente lanzamiento de Super Mario 3D World, calificado como uno de los mejores videojuegos del momento.
En España, el volumen de ventas de consolas se ha disparado durante la última década. En su primer año a la venta la PlayStation 1 apenas comercializó 17.000 unidades, cifra que con toda probabilidad será superada a lo largo de 2014. La industria de los videojuegos es un sector dinámico que continúa creciendo, como atestiguan el éxito arrollador del Grand Theft Auto V y la enorme asistencia a la primera edición del Madrid Games Week: más de 52.000 personas. A pesar de todo esto, la competencia de smartphones y ordenadores pone en aprietos el futuro de las consolas como principal plataforma de videojuegos. Tan solo un tercio de los usuarios prefería los ordenadores en 2008, frente a un 51% actual. Y a esto se añade la saturación del mercado. Superdata informa de que un 79% de los clientes potenciales posee de media 2,6 consolas. Algunos centros comerciales incluso han ofrecido un “plan renove,” destinado a rebajar el precio de la PlayStation 4 si los clientes entregan sus antiguas consolas.
El riesgo es que se produzca un desplome del sector de los videojuegos debido al exceso de demanda, como ya ocurrió en 1983. Pero cuando esta crisis tuvo lugar se hallaban en el mercado 13 consolas diferentes. En la actualidad la competencia se limita a Sony, Microsoft, y Nintendo, por lo que, aunque se continúen usando con regularidad modelos de consola antiguos, la oferta de hardware no es tan abrumadora como hace treinta años.
Para Shuhei Yoshida, presidente de la división de videojuegos de Sony, el panorama dista de ser aterrador. Los datos no reflejan hartazgo con las consolas, sugiere, sino con la hornada anterior, que estuvo en el mercado durante un periodo excepcionalmente largo (la PlayStation 3 fue lanzada en 2006). Independientemente de lo que ocurra a largo plazo, resulta evidente es que las consolas no desaparecerán de la noche a la mañana. Y el último producto de Sony, mal que le pese a su competencia, ha venido para quedarse.