París, 7 de enero: dos hombres armados de kalashnikov entraban a las 11 de la mañana en la redacción de Charlie Hebdo. Debían de tener detallada información. Se dirigieron sin dudar a la sala donde se reunía el equipo director del semanario. Empezaron a disparar. Despacio. Algún testigo recuerda –o quizá imagina– que se recreaban en cada disparo. El día 9, en el este de París, otro asaltante, Amedy Coulibaly, africano de Malí, entraba en un supermercado kósher y reducía a una veintena de clientes. Lo demás es sabido.
Aunque es poco sabido que el semanario, nacido en el entorno de mayo del 68, hacía honor con su nombre al general De Gaulle. La manifestación de París el domingo 11 de enero reunía a jefes de Estado y de gobierno, algunos reyes, ministros de gran relieve… Sin embargo, el protagonista indiscutido fue François Hollande, presidente de la República: solo hubo un centro en aquella fría mañana, con más de un millón de ciudadanos en las calles. Angela Merkel, Jean-Claude Juncker, Donald Tusk, David Cameron, Mateo Renzi, Mariano Rajoy, eran nombres esperados. Todo esto también es sabido.
Hay sin embargo dos datos especialmente recientes. En los últimos 18 meses, el trabajo en común Francia–España ha crecido en flecha. Se ha desarrollado una relación estable y profunda entre los ministros de defensa francés, Jean-Yves Le Drian, y español, Pedro Morenés. A partir de esa relación, los mandos de los dos ministerios trabajan codo con codo desde hace más de un año. Y esos dos ministerios, fuertemente jerarquizados, alcanzan grados muy altos de celeridad y seguridad. Y es aquí donde surge la segunda relación: un político plano, en el polo opuesto a la brillantez, pero firme, tenaz, el español Jorge Fernández Díaz, ha logrado un contacto parecido con su homónimo francés, Bernard Cazeneuve. Los dos ministros del Interior se hablan más de una vez al día. Los buenos olfateadores lo saben: Le Drian-Morenés de un lado, Cazeneuve-Jorge Fernández de otro, no suman cuatro sino cuarenta. Y los cuatro ministerios siguen pisando el acelerador.
Resultados inmediatos y mediatos: desde su doble base de Suiza y Níger, un grupo franco-español ha desplegado un sistema de información no convencional enteramente distinto para este caso. Los ministros responsables de la seguridad de Francia y España dudan. El sistema apenas guarda relación con la lógica al uso. Un colaborador próximo lo resumía así: en este mes de enero las consultas han sido continuas, apenas hay tiempo para responder. Los ministros solo contestan cuando su staff les pregunta: es decir, apenas. Solo cabe decidir por intuición. Sí o no. Avanzar o retroceder. Tirar a matar o no…
Hayat Boumeddiene, de pasaporte francés, mujer de Coulibaly, de 26 años, ha aparecido en Siria, vía Madrid y Estambul. Escapó el 8 de enero. Ahora urge impedir que muera (o se mate).
Por Darío Valcárcel, director y consejero-delegado de Estudios de Política Exterior.