Mejor juntos: cohesión, prosperidad e inclusión social

Por Javier García Toni.

Imaginen una sociedad en la que todos se sienten cómodos y en la que todos viven “como en casa”. Imaginen una sociedad en la que se respete la dignidad, los derechos humanos y que ofrezca las mismas oportunidades a todos sus miembros. Imaginen también una sociedad tolerante, que integre a las minorías y que respete la diversidad de los diferentes grupos que la conforman. Suena bien, ¿verdad? Pues bien, esta, exactamente esta, es la manera en la que Club de Madrid entiende una sociedad inclusiva: aquella sociedad cohesionada, estable y segura.  Para lograrla se puso en marcha, en 2007, el Proyecto por una Sociedad Inclusiva (The Shared Societies Project), sobre la base de estos 10 compromisos.

Una sociedad inclusiva se caracteriza, además, por generar beneficios económicos para el Estado o región que la alberga: aprovechando el talento, potencial y capacidades de todos los miembros que la componen se crea una comunidad próspera y segura. Se trata, de esta manera, de crear un entorno dinámico y productivo que maximice la contribución económica de todos sus individuos, sin importar su sexo, raza, religión o lengua.

Los mayores enemigos de las sociedades inclusivas son los conflictos identitarios que, contra lo que pudiera parecer, no son patrimonio exclusivo del Sur. Los titulares nos suelen hablan de choques étnicos en África, en Asia Central, de minorías perseguidas en Oriente Medio o en Asia, de conflictos sociales en América Latina… Pero también de desigualdad, de bolsas de pobreza y marginación, de ataques xenófobos y de discriminación en el Norte.

La globalización y la crisis económica han acentuado estos conflictos y han hecho aflorar el populismo y el nacionalismo excluyente en muchos lugares del mundo. Sin duda este es un problema que presenta tremendos desafíos –teniendo en cuenta que el 90% de los países del mundo acoge al menos un 10% de población compuesta por minorías– que tienen que ser afrontados mediante un liderazgo político claro y fuerte en pro de la cohesión y la integración social. Cada líder responde de una manera diferente, pero lo que es común a todos ellos es que necesitan herramientas y opciones para responder a los retos.

Mediante la implantación sobre el terreno, Club de Madrid está ofreciendo esas herramientas y opciones a los líderes democráticos de países expuestos a este tipo de problemas. En este sentido, se han realizado experiencias exitosas en países como Sudáfrica, Kirguizistán o Perú y con organizaciones y foros internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, o las Naciones Unidas.

Líneas de trabajo

Las principales líneas de trabajo de este proyecto son:

1. La extensión y difusión de los principios, herramientas y contenidos del proyecto. Para ello, contamos con la web del proyecto como con este blog, que se está afianzando como referente en estos temas para la comunidad de internautas interesados en la cohesión social. Además, este año hemos lanzado también The Shared Societies TV, el canal del proyecto en YouTube.

2. Apoyo internacional en materia de normas, prácticas y políticas. La principal manera de lograrlo es a través de la participación en los foros internacionales y la asociación con organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil.

3. Compromiso con los líderes: el Club de Madrid, liderado por sus miembros, responde a las peticiones de apoyo líder a líder para la aplicación de las herramientas del proyecto.

4. Por último, hay dos estrategias transversales en todas las líneas de trabajo mencionadas: la creación de una Red de Líderes Políticos Unidos por una Sociedad Inclusiva (NetPLUSS) y la construcción del Argumento Económico para las sociedades inclusivas.

Requisitios básicos

Club de Madrid ha identificado cuatro requisitos básicos para una sociedad inclusiva. Uno, la participación democrática. Dos, el respeto por la diversidad y la dignidad del individuo. Tres, la igualdad de oportunidades. Y cuatro,la protección contra la discriminación.

Para hacerlo realidad solo hay una camino: primero, argumentando de forma clara y sin ambigüedades que es crítico y urgente superar las divisiones entre distintas identidades y construir sociedades inclusivas; para la que existen argumentos morales, sociales, políticos y económicos. Segundo, promoviendo asociaciones y compromisos para trabajar con líderes, organizaciones multilaterales y sociedad civil, con la vista puesta en diseñar, acordar y diseminar los principios y conceptos de una sociedad inclusiva. Para ello, se invita a los líderes a unirse al Llamamiento a la acción y a comprometerse en la promoción de la cohesión social. Y por último, ofreciendo a los líderes las herramientas adecuadas a partir de la experiencia única y poder de convocatoria de los miembros del Club de Madrid, que proporcionan a líderes en activo incentivos y medios para actuar a favor de la cohesión social.

Javier García Toni es asistente de comunicación de Club de Madrid. Síguelo en Twitter: @JGToni.

Para más información:

Francesc Granell, «Los OMD en la encrucijada». Economía Exterior 55, invierno 2010-11.

Carlos A. Asenjo, «ODM y Organizaciones Multilaterales de Desarrollo». Economía Exterior 55, invierno 2010-11.

Enrique Ganuza y Sara Ladra, «Un nuevo milenio de Objetivos de Desarrollo». Economía Exterior 35, invierno 2005-06.

Club de Madrid, “Proyecto por una Sociedad Inclusiva”. Proyecto, 2007.