La mayoría de los analistas internacionales se han centrado en las consecuencias políticas de la decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, que por una mayoría simple ha dado luz verde a la reforma sanitaria impulsada por la administración Obama. La figura del presidente del Supremo, el juez John Roberts, etiquetado como conservador, y cuyo voto decidió la balanza a favor de la Affordable Care Act, ha acaparado los focos. La reelección de Obama, con la reforma sanitaria como bandera de su primer mandato, está más cerca, argumentan esos analistas. Las consecuencias sociales de la reforma, más allá de los tecnicismos que han permitido su validación constitucional, han quedado en un segundo plano.
En su Carta de América de Política Exterior 147 (mayo-junio 2012), Jaime de Ojeda repasaba los efectos de la discutida Ley de Tratamiento Médico Asequible. “Los beneficios de la ley han comenzado a tomar realidad –explica Ojeda–: todas las estadísticas señalan una considerable mejora de los servicios hospitalarios; los beneficios por tratamiento, que prodigaban tan pingües ingresos, han sido sustituidos por beneficios por su éxito, con considerable diferencia; y se han eliminado prácticamente los abusos de las compañía de seguros”.
La reforma de la salud pública en EE UU y la implantación de un seguro médico nacional viene debatiéndose desde hace más de 50 años. En 1966 Lyndon Johnson implantó el revolucionario Medicaid. En 1994, Bill y Hillary Clinton fracasaron al intentar sacar adelante su proyecto de seguro médico nacional. Desde entonces, el coste de la medicina y de las primas de los seguros se ha incrementado cuatro veces más que el índice de precios al consumo. A ello se suma la cobertura incierta de los seguros privados, la pérdida del seguro al cambiar de trabajo o quedar en paro, etcétera. Como consecuencia, unos 50 millones de estadounidenses se habían quedado sin más seguro que los servicios de urgencia.
A partir de 2014, 30 millones de estadounidenses hoy desprotegidos deberán suscribir una póliza que les asegure frente a la enfermedad. Si incumplen la norma, esos millones de ciudadanos no serán perseguidos por cometer un delito, sino que serán obligados a pagar un impuesto. En un futuro próximo, otros 20 millones más conseguirán condiciones equivalentes. El presidente de EE UU resumía la intención de la ley en este discurso, pronunciado tras la sentencia del Tribunal Supremo. “Se ha reafirmado el principio fundamental de que aquí en América, el país más rico del planeta –explica Obama–, ninguna enfermedad o accidente debe llevar a ninguna familia a la ruina financiera”.
Como explicaba Obama, las compañías aseguradoras ya no podrán limitar el tiempo que los ciudadanos quieran estar asegurados. Tampoco podrán discriminar a los clientes o cobrar mayores tasas por cuestiones de género. Las aseguradoras no podrán discriminar a los niños que tengan condiciones médicas preexistentes. Ni aumentar el precio de las pólizas a sus asegurados por caer enfermos.
Para más información:
Jaime de Ojeda, «Obama y la ley del seguro médico: guerra constitucional». Política Exterior 147, mayo-junio 2012.
Jaime Ojeda, «Carta de América: La batalla por el seguro médico nacional». Política Exterior 131, septiembre-octubre 2009.
Cabe felicitar a la decision del Tribunal Supremo de los EE.UU de America del Norte que ha dado luz verde a la reforma sanitaria impulsada por la administracion de Barack Obama. Esta decision beneficiara a todos los ciudadanos y es la victoria del pueblo en general y no de una administracion temporal aunque fuera como es normal el iniciador e impulsor de esta politica sanitaria. EE.UU es un gran pais admirado por la solidez de sus instituciones politicas amparando a las personas en igualdad de derechos y condiciones. Sin olvidar que las politicas publicas y de bienestar empezaron a gestarse en aquel pais pero que fue en Europa donde se desarrollaron mas rapido y su posterior implantacion e implementacion tras las dos guerras mundiales que devastaron al viejo continente, se puede afirmar con ello que existia una cierta desigualdad social en condiciones de igualdad ante la salud universal en USA.Esa laguna ha sido colmado por los Jueces del alto Tribunal. Por eso es loable felicitar al alto Tribunal para que se complete el eslabon que faltaba a los EE.UU para cumplir con los fundamentos de su Constitucion y su carta de declaracion sobre la igualdad de los ciudadanos y su proteccion por parte de los poderes publicos.Esta reforma hara mas fuerte y mas solidario a los ciudadanos los EE.UU, espiritu de solidaridad que les caracteriza como ninguna otra nacion en el mundo por su saber hacer. Pues que los escepticos se recapaciten ven esta reforma sanitaria como un peligro seguro por falta de buena informacion y sensibilizacion sobre los beneficios que aportaran al pais, mejor que los escepticos que critican esa reforma esperen y la den tiempo para su implantacion antes de dar opiniones apresuradas infundadas e incoherentes sobre ella y un consejo si quisieran aprender algo positivo sobre esa politica sanitaria que se informen sobre las politicas de salud publica e universal en el viejo continente Europeo, gracias a la sanidad universal la esperanza de vida de los Europes es mas alta que de los ciudadsnos de USA esa es la prueba que a lo menor prodra convencerles para cambiar su vision erronea sobre la sanidad universal sin olvidar que tambien es un derecho universal reconocido por las constituciones en beneficio de la ciudadania en general.
[…] pesar de todo, Obama puede presumir de un historial de logros considerable, en el que destacan su reforma sanitaria, la legalización del matrimonio gay y la recuperación económica tras la crisis de 2008 (a día […]