“Es el momento de que Europa logre unir la retórica con la acción”. Nick Witney, senior fellow de ECFR en Londres, así se expresó en su artículo “¿Pueden salvar los europeos la solución de los dos Estados?” para #PolExt154. Para Witney, la UE ha de recuperar su compromiso en el conflicto palestino-israelí a través de una política exterior más firme e independiente que abrirá nuevas posibilidades de paz.

El Servicio Europeo de Acción Exterior avanza tímidamente y bajo este marco, la Comisión Europea acaba pasar de las palabras a los hechos al aprobar una norma que prohíbe acuerdos con los territorios ocupados por Israel desde 1967. Así, no habrá cooperación, (en su mayoría comercial y de investigación, destacando el programa Horizonte 2020), en proyectos enclavados en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, considerados ilegales por la UE. Según la portavoz de Catherine Asthon, Maja Kocijancic, esta norma pretende hacer una distinción entre las relaciones con el Estado de Israel y con los territorios ocupados.

Palestina aplaude esta decisión e Israel la critica. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se mostró contrariado por las implicaciones de la normativa externa, mientras que el viceministro de Asuntos Exteriores, Zeev Elkin, afirmó que la “iniciativa es adoptada en mal momento porque refuerza el rechazo de los palestinos a retomar las negociaciones”.

Por su parte, John Kerry, secretario de Estado de EEUU, se reunió el miércoles 17 de julio en la capital jordana con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas. El objetivo del demócrata es conseguir participar activamente en el proceso de paz, y por ello continúa en sus esfuerzos por sentar a ambas partes en mesa de negociaciones. Kerry asegura que ha logrado un acercamiento entre los líderes.

En los últimos años, la situación en cuanto al proceso de paz no ha resultado muy esperanzadora. El hecho más significativo a nivel internacional ha sido, probablemente, la decisión en la Asamblea General de las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 2012, en la que se reconoce a Palestina como un miembro observador, (sin el respaldo de Israel y Estados Unidos). Este hecho recompuso al presidente Abbas,  debilitado por los ocho días de lucha en Gaza, previos a la votación y durante el mes de noviembre. Si hay algo que cabe destacar es el extraordinario apoyo internacional que recibió Palestina en la Asamblea General, pues 138 miembros votaron a favor de su incorporación como miembro observador, mientras que tan sólo 9 quisieron impedir su acceso.

Las tres grandes cuestiones que han de debatirse entre palestinos e israelíes son las relacionadas con las fronteras, los asentamientos y los refugiados. La expansión de los asentamientos israelíes en Cisjordania y el aislamiento de Gaza dan pie a la reflexión sobre la imposibilidad de llegar a un acuerdo viable en la creación de dos estados que convivan en paz. La medida más urgente parece ser encontrar los medios que permitan persuadir a los israelíes para que desistan de seguir avanzando en su ocupación. Las importantes diferencias entre las partes, las posiciones radicales, el escepticismo y la memoria colectiva dificultan una pronta solución al conflicto.

Simón Peres, presidente de Israel y padre de las negociaciones con el pueblo palestino, se permite un único  recuerdo: “no olvidar el futuro”.

Para más información: 

Nick Witney, «Carta de Europa: La UE y el conflicto de Oriente Próximo». Política Exterior 154, julio-agosto 2013.

Paul Richter, «John Kerry pushes for restart of Israeli-Palestinian talks«. Los Angeles Times, julio 2013.

Hiba I. Husseini, «Palestina y la ONU: el camino legítimo para un Estado». Política Exterior 143, septiembre-octubre 2011.

Diego de Ojeda García-Pardo, «Estado palestino: antecedentes y perspectivas». Política Exterior 143, septiembre-octubre 2011.

Justine Shapiro, BZ Goldberg, «Promises» (documental). 2001.