La nueva emigración de españoles a Ecuador

Jara Rodríguez Fariñas y Juan Manuel Romero Valiente
 |  31 de marzo de 2016

La entrada anual de españoles a Ecuador se ha multiplicado por veinte a partir de la crisis económica internacional de 2008, en comparación con los que llegaban a comienzos de la década de 2000. Así, desde 2008 hasta mediados de 2015 han llegado a Ecuador 35.616 españoles, de los cuales 36,84% han nacido en España y el 62,31% son españoles de origen ecuatoriano.

Si nos fijamos en los españoles nacidos en España, mayores de 18 años, que llegan a Ecuador, nos encontramos con una mayoría formada por jóvenes entre 25 y 34 años, seguido de un grupo importante de personas entre 35 y 44 años. Un poco más de la mitad son hombres, proceden en general de Madrid, Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, y residen principalmente en Quito, Guayaquil y Cuenca. Una gran parte de ellos no están casados legalmente, y muchos de los que han formado pareja lo han hecho con ecuatorianos (parejas mixtas). En general, se encuentran altamente cualificados, ya que algo más de dos tercios cuentan con estudios universitarios y casi la mitad de estos con estudios de posgrado.

Los inmigrantes españoles llegan a Ecuador seducidos por diferentes políticas gubernamentales aplicadas con la intención de impulsar el cambio de la matriz productiva, para lo cual el país debe equiparse de profesionales altamente cualificados que a su vez puedan formar a la población ecuatoriana. Así, las diferentes políticas y programas de Ecuador han creado un escenario propicio para la llegada de profesionales cualificados del exterior, y entre ellos un gran número de españoles.

Tras el proceso de evaluación de las universidades ecuatorianas iniciado en 2010, muchas universidades se vieron obligadas a incrementar el número de docentes con grado de máster o doctor, y al no encontrar estos perfiles entre los profesionales del país optaron por contratar docentes en el extranjero; adicionalmente, el gobierno puso en marcha el programa Prometeo para captar temporalmente recursos humanos cualificados del exterior. Muchos de los inmigrantes españoles se dedican por ello a actividades docentes en el ámbito universitario.

Por otro lado, el gobierno ecuatoriano ha mostrado un gran interés por recuperar parte del capital humano que en un momento determinado se vio obligado a abandonar el país, para lo cual ha implementado programas de ayudas al retornado. Así un gran número de ecuatorianos que emigraron a España durante la década de 2000 se han acogido a estas ayudas, y a otras del gobierno español, para regresar durante los años más duros de la crisis económica española; y gran parte de estos retornados lo han hecho junto a su una familia formada en España, bien con parejas españolas, bien con hijos nacidos en España.

 

Huyendo de la crisis

En general, los españoles que llegan a Ecuador lo hacen escapando de la crisis económica que padece España desde 2008. En la época de bonanza económica un número considerable de españoles prefirieron formarse para poder acceder a trabajos más cualificados; sin embargo, con la crisis sus expectativas laborales no se han cumplido y se han visto obligados, en el mejor de los casos, a aceptar empleos por debajo de su nivel de cualificación o a buscar en el exterior empleos relacionados con su formación. Además, consideran que en Ecuador las oportunidades laborales son mayores que en España y valoran la oportunidad que este país les brinda para ampliar su experiencia laboral.

Las dificultades iniciales con las que se encuentran los inmigrantes españoles en Ecuador son la necesidad de regularizar su situación de residencia para poder trabajar (sobre todo aquellos que llegan como turistas con la intención de buscar empleo) y la escasez de recursos económicos para financiar el viaje y los primeros meses de estancia (lo que les lleva a recurrir a la familia y a los amigos). Y aunque la existencia de redes sociales y de una lengua y cultura común facilitan la integración de estos españoles, no dejan de contemplar una serie de problemas, como son: la ineficiencia del sistema burocrático; la inseguridad que se percibe, sobre todo en determinadas ciudades como Guayaquil; la precariedad de las condiciones laborales en trabajos no cualificados; la calidad del sistema sanitario comparado con el español, y la falta de seriedad en los contratos de alquiler de las viviendas.

La amplia mayoría de los inmigrantes españoles en Ecuador están muy satisfechos con su proceso migratorio, aunque no contemplan la idea de asentarse en el país definitivamente. El retorno a España (siempre que las condiciones económicas y sociales mejoren) o la reemigración a otro país son las perspectivas de futuro que prevalecen.

Así, Ecuador ha pasado a convertirse en el primer país del continente americano de recepción de españoles, si incluimos a los ecuatorianos con nacionalidad española retornados durante la crisis. Los españoles buscan en Ecuador las oportunidades que no encuentran en España, a la vez que el país aprovecha la formación de éstos para cambiar su matriz productiva. Es de esperar que esta nueva emigración de españoles siga llegando a un ritmo similar, siempre y cuando la economía ecuatoriana sea capaz de superar las dificultades derivadas de los dos shocks externos que padece en estos momentos: la caída de los precios del petróleo y la apreciación del dólar.

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