Jordan Bardella, presidente del partido de extrema derecha francés Rassemblement National (RN), en Henin-Beaumont, norte de Francia, el 24 de mayo de 2024. GETTY.

La extrema derecha podría quedarse corta en Francia

La decisión de Macron de convocar nuevas elecciones legislativas se ha calificado de audaz y temeraria. En realidad, es un riesgo calculado con recompensas potencialmente mayores que la inacción.
Pierre-Alexandre Balland
 |  27 de junio de 2024

Los resultados de las elecciones europeas sorprendieron a Europa con el auge de los partidos de extrema derecha en el país galo. La Agrupación Nacional obtendría cerca del 31% de los votos, más del doble que el partido Renacimiento del presidente Emmanuel Macron, con el 15%. Macron anunció inmediatamente: “He decidido devolveros la elección de vuestro futuro parlamentario mediante el voto. Por tanto, disuelvo la Asamblea Nacional esta noche”, convocando elecciones legislativas rápidas para los días 30 de junio y 7 de julio. Esta rara maniobra, como un rey Arturo reinsertando Excalibur para poner a prueba la confianza de los dioses, tuvo lugar por última vez en 1997.

¿Dirigirá un gobierno de extrema derecha a uno de los mayores miembros de la UE precisamente durante los Juegos Olímpicos de París? La decisión de Macron de convocar nuevas elecciones legislativas se ha calificado de audaz, temeraria y desesperada. En realidad, es un riesgo calculado con recompensas potencialmente mayores que la inacción. Lo más probable es que la extrema derecha no gane las elecciones legislativas francesas.

 

¿Qué ocurriría si la estrategia de Macron tuviera éxito?

Contrarrestaría la narrativa de que la extrema derecha se está apoderando de Francia. Los titulares de hoy apuntan a esta tendencia como algo irrevocable. Al volver a los votantes, Macron pretende demostrar que los resultados de las elecciones europeas no reflejan el sentimiento político proeuropeo más amplio de Francia. Este movimiento también podría movilizar a quienes están preocupados por el ascenso de la extrema derecha, sirviendo de llamada a la acción y frenando significativamente el impulso de la extrema derecha tanto en la UE como en el resto del mundo.

La Agrupación Nacional –conocida como Frente Nacional hasta 2018– ya se aseguró el primer puesto en las elecciones al Parlamento Europeo de 2019 y, antes de eso, en 2014. Pero, históricamente, a la extrema derecha le cuesta reflejar su éxito en la UE en las elecciones nacionales francesas. Si nos fijamos en el voto popular, en las elecciones europeas de 2019, la Agrupación Nacional obtuvo un total de 5.286.939 votos. Sin embargo, tres años después, en las elecciones legislativas francesas, sólo obtuvo 3.589.269 votos, un descenso del 32,1%.

Utilizando el mismo baremo, los 7.765.944 votos del 9 de junio se reducirían a 5.272.250. En 2022, el ganador (Ensemble) reunió 8.002.419 votos, y en 2017, LREM ganó con 7.826.245 votos. Macron apuesta a que la Agrupación Nacional no encontrará 2,5 millones de votantes adicionales en menos de un mes. Existen estrategias de modelización mucho más complejas (y precisas), pero la cuestión principal es que replicar esta victoria a nivel francés es improbable y representaría un cambio político sísmico.

 

No es un asalto al cuadrilátero, son dos

La diferencia entre los resultados electorales de la UE y los de Francia se debe a los distintos sistemas de votación. El sistema electoral francés de dos vueltas para las elecciones legislativas es un obstáculo importante para los partidos no tradicionales. Aunque estos partidos pueden obtener buenos resultados en la primera vuelta, cuando los partidos tradicionales están divididos, en la segunda vuelta se produce un cambio. Aquí, los votantes de izquierda y derecha suelen unirse en torno a candidatos más moderados para evitar una victoria de los extremos, una estrategia conocida como “Frente Republicano”. A pesar de ganar posiciones, la extrema derecha tendría dificultades en construir una amplia coalición necesaria para ganar en la ronda final. En las elecciones parlamentarias francesas, los resultados se deciden localmente en 577 circunscripciones, lo que favorece a los partidos con un apoyo amplio y uniformemente repartido. La Agrupación Nacional puede dominar regiones concretas, pero no conseguir la amplia distribución de votos necesaria para ganar varios escaños.

Los partidos más grandes no sólo tienen un apoyo más uniforme, sino también más recursos para conseguir candidatos fuertes y reconocidos localmente en todas las circunscripciones, lo que aumenta sus posibilidades de conseguir la mayoría. La Agrupación Nacional tendrá dificultades para encontrar rápidamente candidatos competitivos en todas las circunscripciones. Además, hay razones peculiares por las que los votantes franceses podrían inclinarse por la extrema derecha en las elecciones europeas, pero optar por la moderación a nivel nacional. Las cuestiones económicas, en las que el partido de Macron se muestra fuerte, dominan las elecciones nacionales e influyen en los votantes indecisos. Además, el escaso impacto que se percibe del Parlamento Europeo en la vida cotidiana hace que las elecciones de la UE sean una oportunidad para ejercer votos de protesta con consecuencias mínimas para el país. Esto es cierto en Francia y en Europa en general, pero la notable ausencia de Bardella en Estrasburgo amplifica esta percepción de bajo riesgo. Sin embargo, el camino para convertirse en primer ministro y gobernar es mucho más empinado. Macron está apostando por coger desprevenida a la Agrupación Nacional y poner de relieve las incoherencias de su programa.

 

¿Qué ocurre si gana la Agrupación Nacional?

No se puede restar importancia a la creciente influencia de la extrema derecha en la política francesa y en Europa en general. Estos partidos han capitalizado una ola de descontento entre los votantes insatisfechos con las políticas del gobierno actual en materia de desarrollo económico, inmigración y seguridad. ¿Y si, contra todo pronóstico, la Agrupación Nacional gana y llega a gobernar? Entonces Bardella y Le Pen estarán en el asiento del conductor. Es mucho más difícil que estar en la oposición. Si gobierna mal, sufrirá un enorme revés en las elecciones de 2027. Y si gobierna eficazmente y resuelve todos los problemas económicos, sociales y medioambientales, entonces todos viviremos felices para siempre. Así que, incluso en este escenario, la estrategia de Macron podría ser ganadora. Aunque difícil de predecir cualquier final, se trata de una gran jugada de ajedrez del presidente Macron. Tenga éxito o no, es un movimiento mucho más calculado de lo que parece.

Artículo traducido del inglés de la web de CEPS.

 

Actividad subvencionada por la Secretaría de Asuntos Exteriores y Globales.

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