La política pública de cooperación para el desarrollo ha constituido para el actual gobierno de España un elemento fundamental de su acción exterior, como ha quedado reflejado en los sucesivos planes aprobados por el ejecutivo socialista. El último de ellos, el Plan Director de la cooperación española 2009-2012, aspiraba a consolidar el proceso de cambio iniciado en el ciclo 2005-2008. “Si en el ciclo anterior la política de cooperación pasó a formar parte esencial de la política exterior, y definitoria de su naturaleza, en el ciclo 2009-2012 el reto es convertir los objetivos de desarrollo en uno de los referentes principales de la política de gobierno”, exponía el Plan Director.
El compromiso ha sido, desde entonces, incrementar la cantidad y la calidad de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española en el marco de la agenda internacional de desarrollo. Gracias a este impulso, España se situó en 2008 a la cabeza de los países donantes, ocupando el séptimo puesto a nivel mundial en la lista de los principales donantes en términos absolutos, por detrás de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Japón y Holanda. En 2009, España adelantaba a Holanda, escalando hasta el sexto puesto.
La crisis económica, sin embargo, ha frenado esta ascensión, como refleja “La realidad de la ayuda 2010”, informe elaborado por Intermón Oxfam, a pesar del compromiso fijado por el Plan Director, que al subrayar el papel contracíclico que debe jugar la ayuda internacional para conseguir que los costes de la crisis sean distribuidos de la manera más equitativa posible, comprometía a España a mantener su compromiso de expandir de manera secuencial la ayuda.
Según señala este informe, los Presupuestos Generales del Estado para 2011 han reducido la ayuda al desarrollo en más de 918 millones, a los que habrá que añadir “los más que posibles recortes” de las administraciones descentralizadas, lo que sitúa a la cooperación española en cifras inferiores a las de 2007. “La caída de la ayuda tiene sin duda un impacto en la credibilidad y capacidad de liderazgo de nuestro país –advierte el informe-, que había defendido en diversos foros internacionales la necesidad de mantener la ayuda al desarrollo sobre todo en tiempos de crisis”.
Otro compromiso también se ha visto afectado. Destinar a la cooperación el 0,7% de la renta nacional española para 2012 era uno de los compromisos del último Plan Director. En la actualidad, la cantidad ha bajado del 0,5 al 0,4% de la renta nacional bruta. A pesar de ello, el gobierno reitera su compromiso con el 0,7%, compromiso incluido en el Cuaderno Blanco de los Presupuestos Generales de este año. Según Intermón Oxfam, “la única manera de hacer creíble este discurso sería garantizar por ley el cumplimiento obligatorio del 0,7% para 2015”.
El informe apunta a que en el pasado las crisis financieras han supuesto una caída en la ayuda de entre el 20 y el 25%, que toca fondo aproximadamente cuatro años después, y tarda una década más que los bancos en recuperarse. ¿Qué propone el informe para combatir esta tendencia? Entre otras propuestas, reducir la evasión fiscal y aplicar una tasa a las transacciones financieras.
Para más información:
VVAA, «Objetivos del Milenio: compromiso compartido». Economía Exterior núm. 55, invierno 2010-2011.
Ariane Arpa, «El desarrollo y la política exterior española del futuro». Política Exterior núm. 137, septiembre-octubre 2010.