El economista, profesor, ministro, político y empresario Josep Piqué fue consejero delegado y editor de Estudios de Política Exterior desde febrero de 2020. Tomó las riendas de este pequeño grupo editorial con el único propósito de contribuir al futuro y viabilidad de una publicación que desde 1987 se ha ocupado de que los análisis y debates internacionales de primer nivel se produzcan también en español. Piqué tomó con generosidad y entrega el relevo del fundador de la revista, Darío Valcárcel. Ambos entendían que, en una sociedad democrática, moderna y abierta, también desde una publicación se podía servir a los intereses generales de España.
Pensar el mundo en español es una forma de crear ese mundo. El orden internacional que hoy está en cuestión es reflejo, no por casualidad, de las grandes ideas, teorías y debates de las relaciones internacionales originadas en el mundo académico, en los centros de pensamiento y en los medios de comunicación anglosajones. Piqué compartía con Política Exterior la preocupación porque España dejase pasar la oportunidad de generar e impulsar el debate internacional en español, y este fuera finalmente dirigido por un grupo anglosajón –de Estados Unidos con mucha probabilidad– donde no solo cuentan con los recursos para ello, sino sobre todo con la determinación de conformar las ideas y debates globales. EEUU será en 2060 el segundo país hispanohablante del mundo, por detrás de México.
El español no es una lengua más, ni por volumen de hablantes (más de 500 millones de personas) ni por los países que lo hablan, la mayoría de ellos englobados en lo que hoy se denomina «Sur Global», que no es otra cosa que un conjunto de países diversos que quieren participar en la construcción de un sistema internacional que responda mejor a sus visiones, intereses y problemas. España puede ayudar a que ese orden que hoy se está forjando sea más participativo y pacífico, también más libre y democrático, promoviendo una reflexión constante y profunda de las relaciones internacionales en español. Al fin y al cabo, España, que es hoy un país del Norte integrado en las instituciones centrales del «orden occidental» –la Unión Europea y la OTAN–, no ha dejado de ser también un país del Sur. Y no es solo por su posición geográfica, sino por la realidad de una serie de desafíos comunes: económicos, de seguridad o de exposición a crisis como el cambio climático.
Piqué, un atlantista sin fisuras, era también un latinoamericanista convencido de que esta doble perspectiva Norte-Sur de España debía desplegarse en un pensamiento internacional más creativo y, sobre todo, más intenso. No basta con replicar los marcos de análisis de nuestros socios europeos o norteamericanos. Se comprometió para ello con una publicación como Política Exterior hasta el último día. Las dificultades no fueron pocas. Su salud, ya frágil cuando asumió el cargo del editor, sufrió una serie tras otra de reveses que, sin embargo, no le frenaron a la hora de asistir a infinidad de reuniones para explicar su visión del proyecto editorial y recabar apoyos. Acompañarle y escucharle ha sido un privilegio.
Josep pronto descubrió las ingratitudes del mundo editorial, la dificultad de encontrar fuentes que aseguraran la sostenibilidad de un proyecto eminentemente intelectual y de interés general. Creó para ello la Fundación Análisis de Política Exterior, cuyo funcionamiento seguía impulsando estos días. No le dio tiempo a ver el resultado de su esfuerzo. Tampoco pudo disfrutar plenamente de todo lo magnífico que encierra el oficio de editor. Sus tres años con nosotros se dedicaron al «trabajo duro». Contó con el apoyo total del consejo de administración y del patronato, y con la entrega absoluta en este último año tan difícil de Carlos López Blanco.
Su legado ha sido profundo. Está a disposición de los lectores de Política Exterior en sus 50 entregas puntuales de los «Apuntes del editor», que comenzaron en noviembre de 2020, con su visión sobre Asia en la reconfiguración del orden internacional, y terminaron el pasado 23 de marzo, con un análisis sobre los posibles escenarios de salida a la guerra en Ucrania. Su primera colaboración con Política Exterior se remonta a 1997, entonces ministro de Industria. Merece la pena leer sus respuestas en 2007 a un cuestionario a todos los ministros de Exteriores para celebrar los 100 primeros números de la revista.
En Política Exterior ya echamos de menos tenerle siempre cerca y accesible, respondiendo de inmediato a emails, mensajes de móvil o llamadas. Gracias Josep, querido editor, por tu compañía y apoyo a este proyecto.
Muchas gracias por estas líneas. Josep Piqué ha sido un ejemplo de compromiso, trabajo e inteligencia, trabajando por el bien común. Que su ejemplo nos haga mejores.
Siempre agradecido por sus inteligentes análisis, su discreción, su tolerancia y sosiego y, sobre todo, por la bondad que transmitía Descanse en paz
Desde hace mucho tiempo leía con mucho gusto todos los artículos de Josep Piqué. Siempre me han parecido positivos, realistas, oportunos y sugerentes. Hacían que se entendiese mejor el mundo. Al mismo tiempo, el hecho de no faltar a su cita con sus lectores ponía de manifiesto un nivel de compromiso con el trabajo y de honestidad que son un auténtico ejemplo. Le vamos a echar de menos. Descanse en paz.
No se puede llamar «proyecto», otra palabrita comodín, a una publicación que lleva desde 1987 saliendo a la calle.
Se va a extrañar a Josep Piqué, se le va a extrañar mucho. Lo digo desde Montevideo, como lector asiduo de «Política Exterior», magnífico proyecto. Piqué pensó la política, interna e internacional, como un perfecto centrista, posición que suelen ignorar los periodistas perezosos (que creen poseer ese misterioso don intuitivo que instantáneamente sitúa a cada actor, individual o colectivo, en una no menos indefinible dicotomía: «a la izquierda» o «a la derecha», «progresista» o «conservador»). Se llega al centrismo por tres pasos. Primero, se eliminan las alternativas de decisión netamente imposibles o inconducentes (o probadamente contraproducentes, según experiencia amplia y pertienente). Segundo, se atiende a todos los seriamente comprometidos con el ámbito decisional capaz y autorizado, en función de la materia a decidir (político, de sociedad civil, ético, científico-técnico). Tercero, se busca la fórmula que sintetice el mayor númeo de opiniones que permita el imperativo de que la decisión no pierda un mínimo de coherencia, eficacia y pertinencia. Leí muchas veces, en «Política Exterior», a Piqué dando uno de esos pasos, o dos, o los tres.
Muy lamentable noticia la muerte de Josep Piqué. Empece a leerlo y dsifrutar de su lúcida percepción del mundo internacional hace unos años. Sabía de su enfermedad pero recien me entero de su partida. Un saludo a su familia, sus amigos, especialmente de Política Exterior y a su memoria. QEPD
Solo recientemente supe de la participacion de Josep Piqué en esta revista que tambien he conocido muy recientemente. Ahí conocí a Josep Piqué, en una mesa redonda. Agradezco su dedicacion y me asombra que trabajara hasta el ultimo momento. Muchas gracias y gracias a esta revista tambien que informa y genera opinion sobre política exterior.
Un hombre lúcido, un estadista; generoso, y firme al mismo tiempo, con sus ideas y percepciones. Nos ha dejado un ejemplo a seguir por políticos, periodistas, investigadores y toda persona que se interese por conocer e intentar aportar su granito de arena en estos tiempo convulsos. Ojalá su ejemplo cunda y aparezca nuevamente gente pensadora que aporte conocimiento y ofrezca la generosidad del bien hacer y el buen pensar. DEP.
Josep Piqué también ha sido para mi un ejemplo de compromiso, trabajo e inteligencia, he aprendido mucho de sus artículos y de su talante. Ademas agradezco que mas de una vez me respondiera a las cuestiones que le planteaba.