La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, asisten a la conferencia de prensa conjunta tras una reunión en la oficina del primer ministro el 12 de mayo de 2022 en Tokio, Japón. (YOSHIKAZU TSUNO/GETTY)

Japón podría ser la clave de las ambiciones de la UE en el Indo-Pacífico

Una asociación sólida entre la UE y Japón, con el acento puesto en la digitalización, puede ser la fuerza motriz para mantener y modernizar el orden internacional liberal en el Indo-Pacífico. Para maximizar su impacto, ambas potencias deberían ser ambiciosas y pasar activamente del liderazgo bilateral al multilateral.
Stefania Benaglia, Rosanna Fanni y Fanny Sauvignon
 |  5 de diciembre de 2022

La geopolítica fría y dura ha vuelto con fuerza y la UE ha decidido que no se quedará al margen.

La guerra en Ucrania está cimentando el creciente papel geopolítico de la Unión, pero si quiere aprovechar todo su potencial, debe volver a centrarse en el Indo-Pacífico, una región de vital importancia estratégica.

Para ello, la conectividad es su herramienta de política exterior más prometedora, ya que aprovecha plenamente el fenomenal poder económico del bloque. En el concurrido Indo-Pacífico, la UE debe reforzar la coordinación multilateral con sus principales socios, con Japón a la cabeza.

Una asociación sólida entre la UE y Japón puede ser la fuerza motriz para mantener y modernizar el orden internacional liberal en el Indo-Pacífico.

Juntos, Japón y la UE pueden promover la transición digital global basada en principios democráticos. La digitalización proporciona la infraestructura fundamental para impulsar la innovación, el crecimiento y el desarrollo necesarios para abordar los principales retos mundiales más allá del sector digital, desde la transición ecológica hasta la mejora de los servicios públicos. Por tanto, es crucial que la interoperabilidad digital en el Indo-Pacífico se (re)fundamente en la libertad, la apertura y se diseñe poniendo al ser humano en el centro.

 

Un Consejo de Comercio y Tecnología UE-Japón para agilizar los avances

La asociación estratégica UE-Japón se basa en evaluaciones geopolíticas comunes y en compromisos bilaterales: la asociación sobre conectividad sostenible e infraestructuras de calidad de 2019, la alianza verde UE-Japón de 2021 y la asociación digital Japón-UE aprobada en la Cumbre de 2022.

La digitalización es la piedra angular de la cooperación en materia de conectividad entre la UE y Japón, como se puso de manifiesto en el lanzamiento de la asociación digital en mayo de 2022. Ambos países se han comprometido a promover una “transformación digital centrada en el ser humano” basada en sus economías digitales y su capacidad de innovación.

El liderazgo mundial de Europa y Japón en materia de protección de datos personales, así como de seguridad de flujos transfronterizos de datos, podría ampliarse mediante inversiones conjuntas en soluciones autosuficientes para la gestión de datos o infraestructuras en la nube que preserven la privacidad de proveedores de confianza.

Estas iniciativas emblemáticas, que se basan en las necesidades y prioridades locales de los países socios y que cuentan con el apoyo del Global Gateway de la UE, ofrecen un contrapunto al modelo chino de extracción de datos en el Indo-Pacífico y otras partes del mundo. Para acelerar la aplicación, la estrategia prioritaria debería ser maximizar las complementariedades y favorecer la interoperabilidad para evitar duplicidades.

A nivel de gobernanza, la UE y Japón deben aprovechar su diálogo en materia de informática para profundizar en los mecanismos de cooperación gubernamental existentes, implicando a las partes interesadas de los sectores industrial, técnico y de educación. Esto ayudaría a ampliar la creación de capacidades en materia de ciberdiplomacia y a hacer que ambas naciones –y sus economías– sean más resistentes a los agentes maliciosos.

Para poner en práctica este enfoque y crear un foro de liderazgo compartido, los dos socios deberían establecer un Consejo de Comercio y Tecnología UE-Japón (CCT), similar a los CCT de la UE con EEUU (2021), e India (2022). Casi todas las prioridades de la política tecnológica del CCT UE-EEUU se encuentran también en la declaración de la Cumbre UE-Japón: infraestructuras críticas y cadenas de suministro resistentes, ciberseguridad (incluidas las redes seguras), lucha contra el autoritarismo tecnológico, la vigilancia y la opresión, infraestructuras digitales y de datos ecológicas, y alineación de enfoques seguros y éticos de la inteligencia artificial (IA).

 

«La puesta en práctica de esta asociación será decisiva para contrarrestar la gobernanza, a menudo opaca y no democrática, de la digitalización y la conectividad en general»

 

En cuanto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), al seguir invirtiendo en infraestructuras públicas digitales que favorezcan el acceso a la educación, la inclusión financiera, los servicios públicos y la tecnología verde, el CCT permitiría a ambas naciones potenciar su papel en la defensa de los ODS a nivel nacional y mundial. Lo harían incorporando los objetivos de progreso en nuevas inversiones y proyectos en el Indo-Pacífico.

Esto incluye también la mejora del uso de conjuntos de datos y capacidades de IA para la observación de la Tierra, los gases de efecto invernadero y los datos climáticos. A través de iniciativas conjuntas de I+D en materia de IA, los proyectos que están llevando a cabo la Agencia Espacial Europea y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial podrían equipararse y alinearse. Esto promovería bases de datos de acceso abierto y colaboraciones de movilidad en la investigación para proyectos de alto impacto relacionados con los ODS.

Tanto la UE como Japón tienen las capacidades, la experiencia y el poder de convocatoria necesarios para liderar la conectividad digital. Para maximizar su impacto, la UE y Japón deberían ser ambiciosos y pasar activamente del liderazgo bilateral al multilateral.

 

La UE en el Indo-Pacífico: muchos socios, pocos amigos

La UE ha seguido alimentando su relación con los principales actores del Indo-Pacífico, como India y los Estados de la ASEAN.

Japón ha hecho lo mismo. Más allá de la cercanía geográfica y cultural con Japón, estos países son fundamentales para el crecimiento demográfico y económico de la región. Su creciente importancia política en las instituciones multilaterales interactúa con los profundos desafíos del desarrollo: pocos de ellos se han recuperado completamente tras la pandemia y muchos ya están sufriendo las consecuncias del cambio climático.

Por muy importante que sea para la UE cooperar estrechamente con EEUU y Australia en el Indo-Pacífico, no puede eludir la participación de la ASEAN y la India más allá de las cuestiones puramente comerciales para asegurar su influencia. La solución obvia sería que Japón y la UE unieran sus fuerzas teniendo en cuenta que ambos ya comparten asociaciones estratégicas con estos países.

La asociación multifacética de la UE con la ASEAN –que pasó a ser estratégica en 2020– y el carácter multilateral del bloque la convierten en un socio natural. La primera cumbre ASEAN-UE, el 14 de diciembre de 2022, será una oportunidad para que la UE demuestre que puede ser un socio fiable en la región, más allá de la mera asistencia financiera.

La ASEAN también tendrá que actualizar pronto su Plan Maestro de Conectividad 2025, adoptado por primera vez en 2016. La coordinación con Japón para ayudar a dar forma a un Plan Maestro que maximice las complementariedades y favorezca la interoperabilidad podría aportar una enorme influencia de la UE sobre el panorama de la conectividad de la región a largo plazo.

Debería adoptarse un enfoque triangular similar con India, reconociendo su centralidad en el Indo-Pacífico y en la transición digital global. India sigue fomentando una relación especial con Japón, que no solo es su compañero del Quad, sino también un contribuyente de grandes cantidades de ayuda al desarrollo estratégico para Nueva Deli.

Más allá de los volúmenes de inversión, es la forma en que Japón opera con India la que está fomentando la confianza local. Ahora está claro que la política exterior india seguirá buscando el equilibrio entre Rusia y la UE. La UE puede reforzar su confianza y sus fuertes vínculos con India mediante una oferta de conectividad combinada, al tiempo que fomenta las complementariedades y favorece la interoperabilidad con Japón.

En resumen, la cooperación digital de la UE y Japón es la clave para mantener y modernizar el orden internacional liberal en el Indo-Pacífico. Es una oportunidad que ambas potencias deberían aprovechar activamente.

La puesta en práctica de esta asociación mediante la triangulación y un diálogo político más horizontal será decisiva para contrarrestar la gobernanza, a menudo opaca y no democrática, de la digitalización y la conectividad en general, que se ha hecho más frecuente tanto en la región como en el mundo.

 

Artículo originalmente publicado en inglés en la web de CEPS.

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