Jan Zahradil (Praga, 1963) es el candidato del grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, en sus siglas en inglés) a presidir la Comisión Europea. Su grupo parlamentario europeo ha mantenido varias reuniones con los dirigentes de VOX en los últimos meses para tratar de convencerles de que se incorporen al ECR. Sin embargo, en las últimas semanas han visto peligrar ese entendimiento por la poderosa influencia que Matteo Salvini está ejerciendo recientemente sobre la derecha euroescéptica europea. La visita de Zahardil a Madrid se inscribe dentro del intento de contrarrestar esa influencia. Nos reunimos con él en el lujoso hotel Wellington de Madrid para hablar sobre este asunto, su candidatura a presidir la Comisión Europea, el Brexit, la influencia de Steve Bannon y las alianzas post-electorales.
Pregunta: Su grupo parlamentario europeo, los Conservadores y Reformistas Europeos, está tratando de cobrar protagonismo dentro de un panorama europeo realmente incierto. ¿Qué proyecto defienden ustedes para Europa?
Respuesta: Nuestro grupo parlamentario se fundó hace diez años como una escisión del Partido Popular Europeo. En aquel momento nuestro principal objetivo era presentar alternativas a un modo de gestionar los asuntos europeos encarnado por 20 años de bloque de gobierno entre populares y socialistas que no había hecho más que empeñarse en quitarle poderes al parlamento europeo para dárselos a la Comisión, promover más integración incluso cuando no era conveniente y restarle prerrogativas a los niveles nacionales para dárselos al nivel supranacional.
Nosotros queremos una Unión Europea más flexible, de varias velocidades, que pueda permitirse diferentes grados de integración. No defendemos la salida de la Unión Europea ni tampoco medidas proteccionistas o de aislamiento económico. Mantenemos una posición intermedia.
Pregunta: ¿Qué cambiaría en la UE si usted fuera el presidente de la Comisión Europea?
Respuesta: Mi respuesta a esta pregunta quizás le resulte sorprendente. Todos los candidatos dicen que lo que se necesita es entregarle más poder a la Comisión. Yo digo exactamente lo contrario. Me presento para hacer de la Comisión Europea algo menos politizado, con menos poderes y sin actuar como un gobierno en la sombra. Mi idea es que la comisión tenga un funcionamiento delegado respecto del Consejo Europeo y de los jefes de Estado de cada país.
Pregunta: ¿Usted es entonces partidario de que la Comisión Europea devuelva competencias a los gobiernos nacionales?
Respuesta: Los gobiernos nacionales deberían tener algo más que decir en los procesos de legislación europea. Con el Tratado de Lisboa los gobiernos nacionales tienen el procedimiento de la llamada “tarjeta amarilla”, que quiere decir que si hay una parte de la legislación europea que es rechazada por un tercio de los parlamentos nacionales, éstos pueden parar momentáneamente la tramitación de una ley. Pero no pueden rechazarla por completo. Yo propongo una “tarjeta roja” por la cual si un tercio o incluso un cuarto de los parlamentos nacionales rechaza la aplicación de una ley europea, entonces la Comisión Europea esté obligada a parar esa legislación. Además creo que hay que revisar todo el paquete de la legislación europea analizando en profundidad la pertinencia de cada directiva. Necesitamos un departamento en la Comisión Europea que analice qué directivas deberían ser abolidas o canceladas por ser redundantes, o porque ya no se utilicen, o porque hayan quedado anticuadas. Sólo así podremos tener una discusión profunda sobre qué poderes deberían ser devueltos a los gobiernos nacionales.
Pregunta: Algunas voces autorizadas hablan de la necesidad de re-democratizar la Unión Europea. Ustedes ni siquiera lo mencionan…
Respuesta: Muchos parlamentarios europeos dicen que para tener una Unión Europea más democrática hay que dar más poder al Parlamento Europeo. Yo digo que no. El Parlamento Europeo ya tiene suficientes poderes. Solo tiene que aprender a usarlos mejor. En la UE ya tenemos otra institución que es el Consejo Europeo que está compuesta por los presidentes y primeros ministros de cada uno de los países que han sido directamente elegidos por sus pueblos. Estamos hablando de una legitimidad democrática muy fuerte. De modo que no entiendo por qué quienes están hablando de democratizar la UE, en lugar de pasarse la vida luchando contra el Consejo Europeo, no lo apoyan más. Lo que necesitamos es un nuevo equilibrio entre el Parlamento, la Comisión y el Consejo europeos.
Pregunta: En este período de campaña todo el mundo está hablando de posibles alianzas post-electorales. ¿Tienen ustedes avanzadas las conversaciones con algún grupo?
Respuesta: Hay algo que ya podemos dar por hecho: no habrá más “gran coalición” entre el Partido Popular Europeo y los Socialistas Europeos. Imagino que tanto los socialistas como un parte de los populares querrán continuar la gran coalición añadiendo a la coalición de partidos que lidere Emmanuel Macron. No obstante, nosotros proponemos una coalición ideológicamente más coherente.
Pregunta: ¿A qué tipo de coalición se refiere?
Respuesta: Me refiero a una coalición de gobierno de centro-derecha. O sea, una coalición en la que estemos nosotros y el Partido Popular Europeo y a la que, eventualmente, puedan sumarse otros partidos liberales que estén más en la línea de lo que nosotros proponemos.
Pregunta: No parece muy posible que ningún grupo liberal se adhiera a sus postulados sobre la UE…
Respuesta: Fíjese, aún no sabemos si tendremos un grupo liberal o dos, porque Macron todavía habla de establecer su propio grupo. Esto abre la puerta a que otros partidos de corte liberal menos insertos en la mentalidad federalista, puedan apoyar nuestra propuestas de reforma de la Comisión Europea. Hace unos días en un debate entre candidatos a presidir la Comisión, Frans Timmermans [candidato de los socialistas europeos] habló de la posibilidad de formar una mayoría progresista en el Parlamento junto con los verdes, el grupo de la izquierda radical y al que pudiera sumarse alguna formación liberal de los países nórdicos. Así que si la alternativa es, o bien una nueva gran coalición, o bien una mayoría progresista, nosotros proponemos una coalición de centro-derecha.
Pregunta: La cuestión es: ¿está dispuesto el PPE a llegar a acuerdos con ustedes?
Respuesta: Francamente no lo sé. Antes de las elecciones, nadie quiere comprometerse. No está clara la dirección que puede tomar el PPE después de las elecciones. Por ejemplo no está claro qué puede pasar con su candidato a la presidencia de la Comisión Europea, Manfred Weber, porque dentro del propio partido popular europeo hay muchas disputas en torno a la idoneidad de su persona.
Pregunta: ¿Hay una línea de fractura interna dentro del PPE?
Respuesta: Sí, a veces más que debates hay peleas en el interior del PPE. Está viviendo con particular intensidad la tensión entre el este y el oeste de Europa. Los europeos del centro y del este tienen un sentimiento creciente de estar siendo sermoneados constantemente, tutorizados, tratados como menores de edad, por gente como Timmermans o Macron. Yo soy el único candidato que viene de esa parte del continente y que, en consecuencia, está en condiciones de entender mejor el fondo de esos malentendidos
Pregunta: Volviendo al asunto de las alianzas: ¿temen ustedes que los últimos movimientos de Matteo Salvini desbaraten sus planes de convertirse en la fuerza central del euroescepticismo?
Respuesta: Salvini está jugando muchas partidas a la vez. Hace unos meses estaba lanzando señales muy positivas a nuestro grupo, incluso vino a Varsovia a negociar una posible entrada en el ECR, y de pronto unas semanas más tarde viene con el proyecto de establecer su propio grupo. Pero bueno, a nosotros no nos preocupa. Nuestro grupo está aquí: existe, está establecido, tiene una experiencia, una estructura, una trayectoria, y si alguien quiere unirse a nosotros, podemos negociar con una hoja de servicios en la mano. En cambio, el grupo de Salvini solamente existe por ahora en la cabeza del señor Salvini.
Pregunta: Sin embargo, Marine Le Pen acaba de anunciar que le gustaría llegar a un acuerdo con su grupo parlamentario…
Respuesta: Reconozco que tengo algunos problemas con lo que Marine Le Pen representa. En primer lugar porque tengo algunas dudas sobre la trayectoria del Reagrupamiento Nacional con Rusia. En segundo lugar porque Marine Le Pen y sus socios parlamentarios en Bruselas son demasiado críticos con Estados Unidos. Y en tercer lugar porque creo que su grupo defiende posturas excesivamente proteccionistas en materia económica. Así que creo va a ser muy difícil llegar a un acuerdo con ellos.
Pregunta: El motivo de su visita a España es reunirse con el partido de Santiago Abascal. ¿Teme usted que las negociaciones mantenidas en los últimos meses descarrilen?
Respuesta: No, yo me he reunido con ellos unas dos o tres veces hasta ahora. Mi impresión es que todo está yendo por muy buen camino y que van a unirse a nuestro grupo después de las elecciones. Estamos en muy buena sintonía: podemos ponernos de acuerdo fácilmente en política económica porque ambos estamos inequívocamente a favor del libre mercado y en contra de aislacionismo económico, ambos tenemos posiciones pro-atlantistas y de cooperación con EEUU y ambos compartimos ciertos valores morales.
Pregunta: Usted sabe que hay otras formaciones que también están llamando a las puertas de VOX.
Respuesta: Es normal, todo el mundo juega el juego antes de las elecciones, pero somos optimistas.
Pregunta: ¿Qué postura toma su grupo parlamentario con respecto a las negociaciones del Brexit?
Respuesta: Yo creo que ya no tenemos mucho margen de maniobra: los plazos se han pasado ya para ambos lados. O bien se respeta el acuerdo, o bien se produce el Brexit sin acuerdo. Pero hay una tercera opción: que los diputados británicos lleguen a un pacto y vengan con una propuesta diferente y nueva. Pero preferiría no intervenir en eso. Porque observo que hay debates en el Reino Unido y que son debates muy vivos. Por el momento el Reino Unido tiene de tiempo hasta finales de octubre y puede que ocurran cosas antes de que llegue ese momento.
Pregunta: Su grupo parlamentario pone mucho énfasis en la inmigración como problema. Más allá de la retórica: ¿de verdad lo colocan ustedes como uno de los desafíos de la UE?
Respuesta: Es un tema que tiene mucho que ver con la soberanía de los Estados. Nosotros pensamos que los países deben tener el derecho de acoger, pero también de no acoger. Es una atribución que debe estar en manos de los gobiernos nacionales. Cuando alguien solicite asilo o protección legal, quien debe decir si otorgarla o no tiene que ser el ministro del interior de cada país. Estamos frontalmente en contra de que sea la Comisión Europea quien decida eso. Hay países como Grecia, Italia o España que están especialmente preocupados por esto. Y debemos ayudarlos. E incluso financiarlos. Hay fondos en la UE que podrían destinarse a ello para fortalecer a las policías nacionales de los países fronterizos de la UE. No tengo nada en contra de Frontex, pero no debemos seguir inflando Frontex. Me parece que sería mejor llegar a acuerdos con el gobierno español, el gobierno italiano o el gobierno griego.
Pregunta: Respecto del Tratado de Schengen: ¿cuál es su postura?
Respuesta: Creo que para muchos europeos el Tratado de Schengen es un gran logro. Particularmente los ciudadanos del centro y del este de Europa son muy favorables a la libre circulación. Pero también tenemos que decir que si las fronteras exteriores de la UE no funcionan bien, entonces debemos aceptar que se puedan implementar medidas temporales. Ha ocurrido ya varias veces entre Francia y Alemania en momentos en los que ha habido ataques terroristas. Y también estas restricciones han sido aplicadas por el gobierno danés. De modo que, o protegemos las fronteras exteriores adecuadamente como he dicho antes, o nos veremos obligados a aceptar controles temporales en nuestras fronteras interiores.
Pregunta: Déjeme que le pregunte por Steve Bannon, que es como el Guadiana. Aparece y desaparece de la escena mediática. ¿Se han reunido ustedes con él?
Respuesta: Puede que se haya reunido con Le Pen o Salvini, pero nunca con nosotros. Es realmente muy bueno en la auto-promoción, es un buen orador, sabe muy bien lo que tiene que decir, sabe cómo conducir un discurso apasionado y ha hecho un tour por muchos países del este en los últimos meses: estuvo en Praga, estuvo en Budapest, y creo que también en Rumanía y en Bulgaria. Pero, aparte de unos cuantos discursos, no ha hecho nada. Siempre dice que está preparando un gran movimiento con todos los partidos de centro-derecha, pero lo cierto es que nunca se ha puesto en contacto con nosotros. Tampoco me preocupa: creo que podemos ocuparnos por nosotros mismos de los asuntos europeos.
Me figuro que él querría ser algo así como una especie de George Soros para la derecha. Pero así como no me gusta Soros, tampoco me gusta Bannon.
Pregunta: Sitúese en 2024: ¿cómo ve la UE?
Respuesta: Espero que camine en la dirección que nosotros proponemos. Que el establishment de las instituciones europeas reconozca que no podemos seguir como hasta ahora; que reconozca que el descontento actual de muchos ciudadanos europeos, y especialmente del Este de Europa, debe ser tenido en cuenta; y que asuma que la única manera de romper con esta tendencia a la federalización rígida es aceptar una UE más flexible. Hay que cambiar la aproximación a los países del centro y del este. O sino tendremos problemas.