Siete años después del comienzo de la guerra y posterior ocupación de Irak por parte de Estados Unidos, los iraquíes celebran el domingo 7 de marzo unas elecciones clave para su futuro. El gobierno que salga se ocupará de gestionar, entre otras cosas, la retirada de las tropas estadounidenses, prevista para 2011.
En el número de marzo-abril de Política Exterior, el arabista y experto en Oriente Próximo Pedro Rojo analiza la evolución del conflicto iraquí y el escenario en el que se producen estas elecciones, así como los principales riesgos para todo Oriente Próximo.
La invasión de 2003, el desmantelamiento del Partido Baaz y del sistema impuesto dictatorialmente por Sadam Husein hasta entonces derivaron, entre 2005 y 2007, en una guerra civil en Irak. La división sectaria –chiíes, suníes y kurdos– sigue siendo el principal riesgo para el país, donde pese a la relativa estabilidad de los últimos años no han dejado de producirse atentados masivos, intensificados en los meses previos a las elecciones del domingo. Las principales fuerzas políticas que compiten han cambiado sustancialmente respecto a las anteriores elecciones de 2005, y la principal novedad es que cada comunidad no está representada por una sola lista electoral.
Los chiíes de la antigua Alianza Unida Iraquí se han dividido en dos coaliciones: la Alianza Nacional Iraquí, donde se integran, entre otros, el Consejo Supremo Islámico de Irak dirigido por Amar Al Hakim y el Movimiento Nacional Reformista del ex primer ministro Ibrahim Al Yafari; y la Coalición del Estado de Derecho, dirigida por el actual primer ministro, Nuri Al Maliki.
En cuanto a los suníes, el Frente de Acuerdo Iraquí se ha dividido en el Acuerdo Iraquí y la Lista Renovación, dirigida por el vicepresidente Tariq al Hashemi. Renovación se ha unido al Movimiento Nacional Iraquí del ex primer ministro Iyad Allawi y al Frente Iraquí para el Diálogo Nacional de Saleh al Mutlak.
Los kurdos se presentan en dos listas: la Alianza Kurda, integrada por el Partido Democrático del Kurdistán y la Unión Patriótica del Kurdistán del actual presidente de Irak, Jalal Talabani; y el Movimiento por el Cambio.
Estos grandes bloques partidistas determinarán la formación del nuevo Parlamento iraquí, aunque hay pequeñas alianzas, como la Alianza Unida de Irak, de Jawad Bolani, que podrían ser fundamentales a la hora de buscar apoyos.
En estos años Política Exterior ha dedicado una atención permanente a un conflicto con profundas implicaciones en el sistema internacional. La guerra de Irak ha transformado el papel de EE UU en el mundo, ha trastornado la evolución de los conflictos en Oriente Próximo, abriendo enfrentamientos hasta ahora desconocidos entre las distintas comunidades musulmanas. Pero quizá lo más grave ha sido la erosión del sistema de Naciones Unidas, del Derecho Internacional y la oleada de hostilidad de parte del mundo musulmán hacia Occidente. Expertos de múltiples nacionalidades han explicado en Política Exterior las consecuencias económicas, estratégicas, energéticas, religiosas de una guerra cuyas consecuencias desastrosas se anticiparon en esta revista.
Más información sobre Irak en Política Exterior:
Jennifer Daskal (septiembre-octubre 2008),“Guantánamo: de presente a pasado imperfecto”. ¡En abierto!
Peter W. Singer (septiembre-octubre 2008), “Militares privados: beneficios vs política pública”.
Félix Arteaga (enero-febrero 2008), “Cruce de conflictos en el Kurdistán iraquí”.
Juan José Escobar Stemmann (septiembre-octubre 2007), “La nueva Al Qaeda”.
Haizam Amirah Fernández (mayo-junio 2007), “¿Se evitará la cuarta guerra del Golfo?”.
Alfonso Iglesias (marzo-abril 2007), “La ejecución de Sadam Husein”. ¡En abierto!
Richard Haass (marzo-abril 2007), “Recuperar la diplomacia”.
Luciano Zaccara (julio-agosto 2006), “La influencia iraní en Irak”.
Paul Bremer III (mayo-junio 2006), “Empieza una amarga lucha. My year in Iraq”.
Domingo del Pino (marzo-abril 2006), “Tres años después de Irak, democracia para el mundo árabe”.
Alfonso Iglesias (enero-febrero 2006), “Sadam Husein ante la justicia”.
Gema Martín Muñoz (enero-febrero 2006), “La deriva iraquí”. ¡En abierto!
Belén Lara (mayo-junio 2005), “¿Será Irán el próximo Irak?”.
Gema Martín Muñoz marzo-abril 2005), “Irak tras las elecciones: riesgos e incertidumbres”.
Domingo del Pino (enero-febrero 2005), “La guerra de Irak, una visión alternativa”.
Samuel Hadas (noviembre-diciembre 2004), “Oriente Próximo, no hay salida”.
Jaime Ojeda (julio-agosto 2004), “Carta de America: El escándalo de Abu Ghraib”. ¡En abierto!
Jody Williams (julio-agosto 2004), “Globalización, seguridad y la invasión de Irak”.
Norman Birnbaum (julio-agosto 2004), “Después de Irak”.
José Pardo de Santayana (enero-febrero 2004), “¿Habrá intifada en Irak?”.
William Pfaff (noviembre-diciembre 2003), “Los límites del poder americano”. ¡En abierto!
Fernando Díez Moreno (noviembre-diciembre 2003), “La reconstrucción de Irak”.
Gema Martín Muñoz (noviembre-diciembre 2003), “Irak: la impostura de la ocupación”.
Guillermo Medina (septiembre-octubre 2003), “La ONU después de Irak”, ¡En abierto!
Miguel Hernando de Larramendi (julio-agosto 2003), “Irak y los desafíos diferidos”.
Manuel Marín (mayo-junio 2003), “España y la crisis de Irak”.
Antonio Remiro Brotóns (marzo-abril 2003), “La tentación de la agresión”.
Carlos Alonso Zaldívar (marzo-abril 2003), “Invasión de Irak, escenarios negros”.
William D. Nordhaus (enero-febrero 2003), “Consecuencias económicas de la guerra contra Irak”.
L. Paul Bremer, III (noviembre-diciembre 2002), “¿Por qué Irak? ¿Por qué ahora?”. ¡En abierto!
Carlos Alonso Zaldívar (noviembre-diciembre 2002), “Irak, crónica de una guerra anunciada”. ¡En abierto!
Tim Judah (noviembre-diciembre 2002), “En el Kurdistán iraquí”.
Jaime Ojeda (marzo-abril 2002)), “Carta de América: Bush y el ‘eje del mal’”.
Carlos Alonso Zaldívar (marzo-abril 1999), “Irak ¿‘sostenella o enmendalla’?”.