América Latina es la segunda región del mundo en representación política femenina, sólo por detrás de Escandinavia, con ejemplos como el de Cristina Fernández o Dilma Rousseff. Pero más allá de la imagen pública de éxito y liderazgo político, las conquistas de las mujeres en la vida privada todavía tienen un largo camino que recorrer.
En este artículo para #PolExt153, titulado “Las mujeres de América Latina, al alza”, Joan Caivano y Jane Marcus-Delgado analizaban una situación paradójica: apenas existe correlación entre la ideología o el sexo de un líder político con los avances en asuntos relacionados con los derechos de la mujer, sobre todo con la violencia de género y los derechos reproductivos. Este último campo, que incluye planificación familiar, salud maternal, fecundación y embarazo, ha cobrado importancia con el caso de Beatriz, la salvadoreña de 22 años con una compleja gestación de 25 semanas. Beatriz padece varias enfermedades que se agravan con el desarrollo del feto, que, a su vez, sufre de anancefalia, por lo que apenas sobreviviría unos días tras el parto.
Tanto la madre como el bebé están en peligro si el embarazo no se interrumpe, y por ello Beatriz acudió al Tribunal Constitucional salvadoreño, que le negó el derecho al aborto por ser contrario a la Carta Magna. Debido posición influyente de la Iglesia Católica y al extendido conservadurismo cultural en el país, la condena por aborto puede llegar hasta 50 años de cárcel para la madre y los 12 para el equipo médico. Este caso, que ha tenido gran repercusión en los medios internacionales, muestra cómo el desarrollo de los derechos de las mujeres tienen todavía un largo camino que andar en la región, con la excepción de Cuba y, en algunos casos, Uruguay. Se estima que cada año abortan más de cuatro millones de mujeres latinoamericanas. El 95% lo hace ilegalmente y en condiciones inseguras. La mortalidad maternal derivada de estas complicaciones es la más alta del mundo, y la situación empeora en el medio rural, donde los recursos son todavía más escasos recursos.
El caso de la joven salvadoreña ha conseguido que por primera vez la Corte Interamericana de Derechos Humanos emita una resolución favorable a este tipo de intervenciones, “urgentemente para evitar daños”. Beatriz ha conseguido también el apoyo del gobierno de Mauricio Funes, que trata de buscar una salida legal. En otras ocasiones, organizaciones proabortistas y defensores de los derechos reproductivos consiguieron avances en algunas leyes clave en Colombia y México. Las fuerzas antiabortistas y la iglesia Católica reaccionaron en contra. Para Caivano y Marcus-Delgado, el poder de las mujeres latinoamericanas aumenta, pero el verdadero desafío es “garantizar que sus considerables logros se emplean para beneficio de todo el mundo”.
Para más información:
Joan Caivano y Jane Marcus- Delgado, «Las mujeres de América Latina, al alza». Política Exterior 153, mayo-junio 2013.
Karla Zavludosvky, «Doctors can induce birth to save woman, official says«. The New York Times», mayo 2013.
Teresa González, «Mortalidad materna: ¿Causas médicas o políticas?». Economía Exterior 55, invierno 2010.
Jessica Ávalos, «Corte IDH ordena a El Salvador garantizar la vida de Beatriz». La Prensa Gráfica, mayo 2013.