Tres años después de la entrada en vigor de la ley de seguridad nacional china en Hong Kong, el Estado de Derecho en el enclave decae, la libre circulación de información se ve amenazada y un número significativo de jóvenes bien formados han emigrado. El principio declarado por Pekín de “un país, dos sistemas” se desdibuja, lo que plantea serias dudas sobre el estatus de Hong Kong como “región administrativa especial” con sistemas legales, administrativos y judiciales separados del continente.
La ley de seguridad nacional de Hong Kong (NSL) –oficialmente la Ley de la República Popular China sobre la Salvaguarda de la Seguridad Nacional en la Región Administrativa Especial de Hong Kong– ha permitido al gobierno hongkonés censurar varios tipos de contenidos. Por ejemplo, recientemente pidió a las plataformas mundiales de streaming que no ofrecieran Glory to Hong Kong, una canción ampliamente considerada como un himno de protesta y que el gobierno de la región considera sediciosa. Aunque la canción volvió a estar disponible tras un breve periodo, el caso demuestra la presión que el gobierno de Hong Kong ejerce sobre empresas como Spotify y Google, que siguen interesadas en mantener su actividad en la ciudad.
En segundo lugar, la NSL ha reducido enormemente el Estado de Derecho en la región al otorgar al gobierno poderes para eludir a los tribunales, evitando un juicio justo para los acusados. El caso del empresario de medios de comunicación Jimmy Lai ilustra cómo esto supone un riesgo para las empresas y sus derechos de propiedad. El gobierno de Hong Kong congeló la mayoría de las acciones de Lai en su empresa Next Media, lo que provocó su liquidación y el fin del periódico prodemocrático Apple Daily. El caso, muy politizado, no refleja la situación de la mayoría de las empresas, pero muestra el poder que el gobierno hongkonés puede ejercer sobre dichas empresas.
Por último, más de 100.000 hongkoneses han emigrado desde mediados de 2020. Las encuestas muestran un claro problema social: mientras que el alto coste de la vida y la situación notoriamente difícil de la vivienda siguen influyendo en su decisión, más de la mitad de los encuestados en 2022 mencionaron factores políticos, como la preocupación por la erosión de la libertad, los derechos humanos, la libre información, las implicaciones de la doctrina “un país, dos sistemas”, así como la insatisfacción con el gobierno regional y el “miedo o el descontento con la NSL”.
Esta oleada migratoria ha arrastrado principalmente a los hongkoneses más jóvenes, bien educados y con buenos trabajos, junto a los ciudadanos políticamente más activos. Además de transformar la ciudad demográficamente, esta fuga de cerebros ha dejado muchos servicios públicos sin personal suficiente: la Autoridad Hospitalaria de Hong Kong ha organizado actos de contratación de personal médico extranjero, y el gobierno local y la policía han rebajado sus requisitos de empleo. Para entretener a la población, Hong Kong ha lanzado varias campañas y ha celebrado un “festival patriótico” a principios de junio, sustituyendo la celebración que conmemora los acontecimientos de la plaza de Tiananmen, ahora prohibida.
Es probable que estos acontecimientos se intensifiquen si el gobierno regional introduce su propia ley de seguridad nacional, seguramente más estricta, en virtud del artículo 23 de la Ley Fundamental de la ciudad. En ella se pide a la ciudad que prohíba siete actividades: la traición, la secesión, la sedición, la subversión del gobierno, el robo de secretos de Estado, permitir que organismos extranjeros lleven a cabo actividades políticas y que los organismos locales establezcan vínculos con estos. Por el contrario, la NSL china “solo” se centra en los cuatro delitos concretos de secesión, subversión, terrorismo y connivencia con organizaciones extranjeras.
De hecho, el gobierno de Hong Kong ha afirmado que su ley de seguridad local era necesaria para cubrir las “lagunas” de la legislación de Pekín. Los indicios de la continua erosión del estatus especial de Hong Kong en China amenazan con iniciar un debate sobre su estatus especial a nivel internacional: los titulares de pasaportes hongkoneses disfrutan de la exención de visado para viajar al Espacio Schengen de Europa, por ejemplo. El Parlamento Europeo aprobó recientemente una resolución no vinculante en la que pide a Hong Kong que respete las libertades de sus ciudadanos. Acontecimientos como este demuestran que en Occidente crece la preocupación por el desarrollo de la situación. El estatus especial de Hong Kong está doblemente amenazado.
Artículo traducido del inglés de la web de MERICS.