La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris y el presidente Joe Biden firma una nueva orden ejecutiva sobre la IA durante un acto en la Casa Blanca el 30 de octubre de 2023 en Washington, DC. GETTY

Hacia la cooperación internacional en materia de IA

La orden ejecutiva del presidente Joe Biden es un gran paso en la creación de un marco global para la gobernanza de la Inteligencia Artificial. Buscando un punto medio entre la innovación y el establecimiento de normas de conducta, tendrá importantes repercusiones que apuntan a una mayor cooperación internacional.
Joshua P. Meltzer
 |  14 de noviembre de 2023

El 30 de octubre, la Casa Blanca publicó una orden ejecutiva detallada y exhaustiva sobre la IA (EOAI, por sus siglas en inglés): la Orden Ejecutiva sobre Inteligencia Artificial Segura y de Confianza. Esta EOAI moviliza al gobierno federal para desarrollar directrices y principios, y recopilar informes sobre el uso de la IA y su desarrollo. La EOAI, junto con la Carta de Derechos de la IA, los Compromisos Voluntarios de la IA y el trabajo sobre las normas de la IA se suman a un enfoque cada vez más coherente y global de la gobernanza de estas tecnologías.


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El liderazgo de Washington en la gobernanza de la IA es fundamental, sobre todo teniendo en cuenta el papel de EEUU como principal desarrollador e inversor, incluyendo los modelos fundacionales recientes de IA como ChatGPT4. Sin embargo, la cooperación internacional en materia de gobernanza de la IA también es necesaria para que los esfuerzos nacionales de gobernanza sean más eficaces, por ejemplo facilitando el intercambio de experiencias que puedan servir de base a los enfoques de gobernanza nacional; abordando las externalidades y los impactos extraterritoriales que, de otro modo, podrían ahogar la innovación y reducir las oportunidades de adopción y uso de la IA; y encontrando formas de ampliar el acceso a nivel mundial a estas tecnologías y a los datos que son esenciales para construir y entrenar modelos.

La EOAI, junto con las demás políticas nacionales de IA esbozadas, tendrá importantes repercusiones internacionales a través de varios canales.

En primer lugar, y de forma más inmediata, estos conjuntos de desarrollos políticos nacionales brindan a la vicepresidenta Kamala Harris, como jefa de la delegación estadounidense en la Cumbre de Seguridad de la IA del Reino Unido, una oportunidad real de liderar el desarrollo ulterior de la gobernanza internacional. La posición de EEUU contrasta fuertemente con la falta de un liderazgo fuerte en la regulación de la privacidad, donde una ausencia de legislación federal consistente creó un vacío que el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE llenó, permitiendo que el RGPD se convirtiera en un modelo líder para la regulación de la privacidad en todo el mundo.

En segundo lugar, gran parte de lo que Estados Unidos acabe haciendo en términos de gobernanza nacional de la IA influirá en el comportamiento y regulación de otros países en esta materia. Por ejemplo, los Compromisos Voluntarios de la Casa Blanca se han convertido en la base del Código Internacional de Conducta para las Organizaciones que Desarrollan Sistemas Avanzados de IA publicado por el G7 el 30 de octubre.

En tercer lugar, la serie de nuevas normas y directrices en todo el gobierno federal que ordena la EOAI influirá en el modo en que los gobiernos y las industrias de todo el mundo enfocan su relación con la IA. Esto ocurrirá a medida que el gran tamaño del mercado de contratación pública estadounidense incentive a las empresas a converger en las normas y directrices estadounidenses. Además, es probable que muchas de estas normas se sigan desarrollando e internacionalizando a través de procesos más formales de establecimiento de estándares en organismos mundiales como la ISO/IEC.

Afortunadamente, Estados Unidos no es el único país que está impulsando formas nacionales de gobernanza de la IA. Por ejemplo, la Ley de IA de la UE está a punto de concluirse y países como Brasil, Reino Unido, Canadá y Japón están desarrollando sus propios enfoques para la gobernanza de la IA. Mientras que es en la gobernanza nacional donde debe comenzar el tratamiento de los riesgos de la IA y el desarrollo del potencial social y económico de estas tecnologías, los esfuerzos nacionales son los cimientos de una gobernanza internacional de IA responsable.

El Foro Brookings/CEPS sobre Cooperación en IA (FCAI), por ejemplo, -un diálogo multisectorial- se ha centrado durante los últimos tres años en la identificación de oportunidades para la cooperación internacional en IA, y este trabajo es ahora aún más apremiante a la luz del ritmo y el alcance de los mecanismos nacionales de gobernanza de la IA que se están desarrollando en todo el mundo. La EOAI ayuda en este sentido encargando a los Departamentos de Estado y de Comercio que “establezcan marcos internacionales sólidos para aprovechar los beneficios de la IA, gestionar sus riesgos y garantizar la seguridad”. La EOAI también pide que se acelere el desarrollo de normas entre los socios de organizaciones internacionales.

La gobernanza de la IA ha sido objeto de debate en el G7, el Consejo de Comercio y Tecnología EEUU-UE y la Asociación Global sobre IA (GPAI). De cara al futuro, es necesario un compromiso aún más intenso a través de los foros internacionales, así como avanzar en el desarrollo de normas internacionales sobre IA. Ampliar los compromisos en los acuerdos comerciales y de economía digital es otra oportunidad para construir la cooperación internacional en una tecnología que promete un antes y después en todas las esferas de la vida humana.

Esta nota ha sido traducida del inglés de la web de Brookings.

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