Richard Youngs, director de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (Fride), expone con crudeza el presente europeo: “Los peores estragos de la crisis financiera podrían desvanecerse en los próximos meses. El shock de tener que asumir el relativo declive de Europa se asentará y dará lugar a una nueva normalidad europea como potencia secundaria”.
El último año ha sido para la Unión Europea un año de ajuste institucional, como estaba previsto tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Lo que no estaba previsto era la crisis del euro, cuestión vital que ha eclipsado al resto de temas en la agenda, incluida la agenda exterior. Así, mientras un nuevo orden mundial multipolar se asentaba en escena, los dirigentes de la Unión luchaban por salvar una de las piezas claves del mecano europeo: la moneda única. Hablar del declive europeo se ha convertido, como expresaba Joseph Nye en este artículo, en un lugar común.
Según Youngs, a partir de ahora “hacer más con menos será el requisito, nada envidiable, de las relaciones exteriores de la UE”, pues la crisis financiera va a dejar una huella negativa en su proyección internacional durante mucho tiempo. Mientras tanto, los desafíos se multiplican en un mundo en constante evolución. El equipo de investigadores de Fride se ha atrevido a hacer una lista de los diez principales desafíos sobre los que la Unión deberá tomar importantes decisiones en este año, una lista de prioridades que destacan por su urgencia, titulada “Desafíos para la política exterior europea en 2011. Después de la crisis”.
Entre estos desafíos, destaca uno que no se ha hecho esperar. Kristina Kausch, investigadora de Fride, mencionaba como uno de los retos las sucesiones en Oriente Medio y el Norte de África, “regiones que seguirán siendo muy frágiles a lo largo de 2011”. Esta región se enfrenta a una ola de sucesiones y, según Kausch, hasta ahora Europa se ha cruzado de brazos. “Los gobiernos occidentales no ha hecho nada y esperan que las sucesiones ocurran sin complicaciones”, afirmaba, “pero es muy poco probable que así sea”. Las revueltas en Túnez, que han acabado en apenas un mes con el régimen dictatorial de Zine El Abidine Ben Alí, así lo demuestran.
El resto de desafíos cubren áreas diversas, con especial hincapié en las cuestiones de seguridad, aunque sin mencionar asuntos como el cambio climático o la reforma de Naciones Unidas. Aquí está la lista:
1. La reforma de la gobernanza económica global
2. El avance de las asociaciones estratégicas
3. El diseño de una nueva arquitectura de seguridad para Europa
4. Las sucesiones en Oriente Medio
5. Irán: más allá de las sanciones
6. La recuperación de Turquía
7. Cómo prevenir la desintegración de los Balcanes
8. Eludir otra guerra en el Cáucaso Sur
9. Momentos decisivos en África
10. Ante el fracaso en Afganistán
A estos retos habría que añadir la lista de los desafíos imprevistos, lista de la que, por el momento, no disponemos de copia alguna.
Para más información:
The Economist, «The World in 2011». Artículo, diciembre 2010.
Bronwen Maddox, «Prospects for 2011». Prospect, diciembre 2010.
Mark Leonard e Ivan Krastev, «El fantasma de la Europa multipolar». Política Exterior núm. 139, enero-febrero 2011.
Charles A. Kupchan, «Solidaridad transatlántica y declive occidental». Política Exterior núm. 139, enero-febrero 2011.
Editorial, «La UE espera a Turquía». Política Exterior núm. 138, noviembre-diciembre 2010.
Susi Dennison y Anthony Dworkin, «Valores y política exterior en la Unión Europea». Política Exterior núm. 138, noviembre-diciembre 2010.