El 24 de junio el Consejo de Ministros aprobó la Estrategia Española de Seguridad (EES). Su objetivo es analizar las amenazas y riesgos a la seguridad, identificar líneas de respuesta y definir mecanismos de coordinación. Se trata de un documento de 90 páginas elaborado por una comisión dirigida por Javier Solana, ex Alto Representante de la Unión para la PESC (1999-2009). Su horizonte útil es de una década. Cada cinco años deberá revisarse.
Jesús Argumosa, general de división, analizaba en un artículo para Política Exterior 138 (noviembre-diciembre 2010) la EES, cuya elaboración coincidía con la de documentos similares en otros países europeos, Estados Unidos y la OTAN. En el caso español, se trata de la primera vez que el país se dota de un documento de esta naturaleza. En palabras de Argumosa, España entra así en el selecto club de las pocas democracias avanzadas que disponen de una estrategia de seguridad moderna.
“Teniendo en cuenta la nueva configuración mundial de seguridad y defensa”, explica Argumosa, “a España, como potencia media, desde el punto de vista geoestratégico, le corresponde una visión global pero con un enfoque regional”.
¿Cuáles son los principales riesgos y amenazas a los que se enfrenta España? La EES detalla un total de nueve. En los tres primeros puestos, tres viejos conocidos. En el cuarto, sin embargo, aparece una amenaza que ha resurgido con fuerza en los últimos años de crisis económica en Occidente.
En primer lugar, los conflictos armados. En este campo, España debe actuar, según la EES, desde la triple perspectiva de la anticipación y prevención de conflictos, su gestión y resolución, y la posterior consolidación de la paz. Para ello, la EES apuesta por un enfoque integral que incluya los elementos diplomáticos, militares, policiales y de cooperación al desarrollo, entre otros. Para facilitar este fin, la EES prevé la creación una Unidad de Respuesta Integrada Exterior.
En segundo lugar, el terrorismo. La EES menciona a ETA y al terrorismo transnacional, señaladamente el yihadista. Y “aunque ninguno representa una amenaza existencial para el Estado, prevenir, impedir y derrotar el terrorismo es objetivo prioritario nacional, europeo e internacional”, expone la EES.
Tercero, el crimen organizado, “una de las amenazas a nuestra seguridad más serias y a veces menos reconocidas”, reconoce la EES. Su creciente interrelación con el terrorismo, los grupos violentos y la delincuencia local hace que todos ellos se potencien entre sí.
En cuarto lugar aparece la inseguridad económica y financiera. Las amenazas y riesgos de este tipo, explica la EES, pueden tener su origen en factores como los desequilibrios macroeconómicos; la volatilidad de los mercados; la actuación desestabilizadora, especuladora e incluso ilegal de diversos agentes; la deficiente actuación de los organismos supervisores y reguladores; la interdependencia económica; la competencia por los recursos, o un modelo de crecimiento desequilibrado. Para prevenir y mitigar sus efectos es necesario luchar contra las actividades delictivas, asegurar una correcta supervisión y regulación de los mercados, y avanzar en la gobernanza económica europea y global, aclara la EES. Con el fin de analizar la información relevante y facilitar la acción del Estado mediante una mejor toma de decisiones en este ámbito, la EES prevé la creación de un Sistema de Inteligencia Económica.
Tras estos riesgos y amenazas, aparecen en el siguiente orden la vulnerabilidad energética; la proliferación de armas de destrucción masiva; las ciberamenazas; los flujos migratorios no controlados, y, por último, las emergencias y catástrofes.
Para más información:
Jesús Argumosa, “Una estrategia moderna de seguridad nacional”. Política Exterior núm. 138, noviembre-diciembre 2010.
Antonio Ortiz, “OTAN: crisis, guerra y otros desafíos”. Política Exterior núm. 138, noviembre-diciembre 2010.
Javier García Toni, “Estrategia Española de Seguridad, ‘una responsabilidad de todos’”. El blog de ECFR Madrid, julio 2011.