La caída de Mladic, Serbia y la UE.
La detención y el envío al Tribunal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) de La Haya del general serbio Ratko Mladic, acusado de graves crímenes de guerra durante los años noventa, ha quitado una pesada piedra del camino que conduce de Belgrado a Bruselas.
El hecho de que la captura de Mladic la hayan realizado las fuerzas de seguridad serbias, y en su propio territorio, es la mejor noticia que podía haber recibido el primer ministro serbio, Boris Tadic, que llevaba años oyendo recriminaciones tanto del fiscal del TPIY como del gobierno holandés, que insistían en que la captura de Mladic era una condición sine qua non para iniciar las negociaciones de adhesión de Serbia a la UE.
Guido Westerwelle, el ministro de Exteriores alemán, sin embargo, ha recordado que Serbia tiene todavía que resolver importantes cuestiones con sus vecinos, comenzando por Kosovo, que Serbia no reconoce como Estado soberano. Los presidentes de Serbia y Rumania no asistieron a la reciente cumbre de líderes de Europa del Centro y del Este en Varsovia, en la que estuvo Barack Obama, en protesta por la presencia de la presidenta kosovar.
Serbia tiene que luchar contra otros fantasmas de su pasado si quiere ser admitida en la UE. El más importante es su difícil relación con Holanda. En la matanza de cientos de musulmanes bosnios en Srebrenica por las milicias serbo-bosnias al mando de Mladic, los cascos azules holandeses de la ONU fueron indirectamente responsables por su pasividad. El crimen se convirtió en una vergüenza nacional y fue motivo de exhaustivas investigaciones que terminaron con la dimisión del primer ministro y el cambio de la doctrina militar holandesa para impedir que en el futuro sus tropas dependieran de varias líneas de mando.
Desde entonces, Holanda ha insistido en que la detención de los criminales de guerra serbios es una condición indispensable para iniciar el proceso de adhesión de Serbia a la UE. Radovan Karadzic, cómplice de Mladic en las masacres perpetradas en Bosnia, fue el primero en caer y ser enviado a La Haya, en junio de 2008. Holanda espera que se detenga también a Goran Hadzic, antiguo presidente de la llamada “república serbia de Krajina”, que continúa desaparecido. Pero lo más probable es que los líderes europeos reconozcan en el Consejo Europeo del 23 de junio la importancia de la captura de Mladic y esperen hasta el próximo octubre a que la Comisión se pronuncie sobre el inicio de las negociaciones entre Serbia y la UE.
Para más información:
Branko Jovic, «Después de Milosevic». Política Exterior núm. 78, noviembre-diciembre 2000.
Boran Karadzole, «Serbia: mitología y manipulación». Política Exterior núm. 77, septiembre-octubre 2000.