Perú y el impacto del ‘boom’ minero.
Las exportaciones peruanas de minerales en 2009 fueron de 15.949 millones de dólares, un 11,77% menos que en 2008, según el organismo oficial ComexPerú. Yanacocha fue la empresa que encabezó las exportaciones, con 2.081 millones, 28,85% más que en 2008. Le siguieron Southern Perú, con 1.924 millones (-22,18%); Antamina, con 1.903 millones (+33,12%); y Barrick Misquichilca, con 1.315 millones.
Las exportaciones de minerales representan el 6% del PIB de Perú, el 56% de las exportaciones y el 15% de la inversión extranjera directa. Perú es el primer productor de oro de América Latina y el sexto mayor del mundo. Pero el boom minero tiene una grave contrapartida: los daños medioambientales.
En el departamento de Madre de Dios, el menos habitado del país y en el que se encuentra la reserva nacional de Manu, una de las de mayor biodiversidad del mundo, registra hoy el mayor incremento de la población debido al boom del oro. Como resultado de la inmigración masiva, gigantescas extensiones de selva han sido deforestadas, se han desviado ríos y el mercurio utilizado para amalgamar el oro ha contaminado la zona.
Unas 150.000 hectáreas se han convertido en una barrizal debido a un método depredador que consiste en lavar con potentes chorros de agua el terreno para luego extraer el oro del barro. Lo que queda es un desierto de fango contaminado con mercurio y petróleo. Todos los días llegan a la zona unos 50 camiones cisterna de unos 4.000 galones de petróleo y gasolina cada uno. Derraman en el suelo unos 1.500 litros de petróleo y aceite al día, que van a parar a los ríos por las lluvias. Unas 30.000 personas trabajan en la extracción del oro en Madre de Dios, un 95% en condiciones ilegales. Por cada kilogramo de oro que se extrae se utiliza el doble de mercurio. La producción oficial de oro es de 20.000 kilos al año, pero podría ser casi el doble, por lo que cada año se vierten al entorno entre 40.000 y 70.000 kilos de mercurio. Según Cáritas Madre de Dios, entre 1990 y 2003 se derramaron 273.000 kilos de mercurio.
El gobierno ha dejado de conceder licencias de explotación, pero ello apenas se ha notado porque Madre de Dios es hoy una región sin ley ni orden. La minería informal utiliza maquinaria pesada para extraer toneladas de oro cada año. Sin embargo, no paga impuestos ni al gobierno nacional ni al regional. Los trabajadores no tienen seguros y viven en condiciones casi infrahumanas, a pesar de que algunos ganan hasta 3.000 dólares mensuales, según denuncia el informe “Las aguas de Madre de Dios. ¿Vida o muerte?” de la comisión de Pastoral Social y Derechos Humanos del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado, que dirige el sacerdote Xavier Arbex de Morsier.
La Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, por su parte, ha expulsado de sus filas a la empresa estadounidense Doe Run Perú, por su “falta de voluntad” para cumplir los compromisos adquiridos con sus trabajadores, acreedores, proveedores y la comunidad local, víctima del daño ecológico que generan sus actividades de procesamiento de metales. Doe Run empezó a operar en el complejo metalúrgico de La Oroya en 1997. Hoy esa ciudad, de 35.000 habitantes, es una de las 10 más contaminadas del mundo.