El 20 de noviembre de 2019, Malta sufrió un terremoto político. Después de dos años de investigaciones, el asesinato de la periodista Daphne Caruana dejó al descubierto la mayor red de corrupción del país. Hoy son investigados altos cargos del gobierno muy cercanos al primer ministro, Joseph Muscat, todos pertenecientes o relacionados al Partit Laburista (PL), que llegó al poder en las elecciones de 2013, ganando la reelección en 2017, tras un periodo de 25 años de gobiernos del Partit Nazzjonalista (PN). A medida que la investigación descubre nuevas evidencias y estas llegan al público, la polarización entre aquellos que piden la renuncia inmediata de Muscat –solicitada también por una resolución del Parlamento Europeo– y aquellos que le declaran su “lealtad hasta la muerte” aumenta. En una Malta caracterizada por una brecha bipartidista muy fuerte, ¿cómo afectará esta crisis al escenario político?

El bipartidismo y la identidad política maltesa

El archipiélago maltés es el país más pequeño y denso de la Unión Europea. Con 316 kilómetros cuadrados y una población de unas 465.000 personas, este territorio tiene una larga historia de invasiones y colonizaciones. La última era colonial fue la británica, que junto a la religión católica son los pilares para entender la política maltesa.

Malta es una republica parlamentaria con un presidente como jefe de Estado y un primer ministro como jefe de gobierno desde 1974, aunque independiente de Reino Unido desde 1964. El archipiélago se caracteriza por tener un Estado fuerte que asume un papel importante en la economía y la sociedad. El sistema electoral es proporcional para los 13 distritos electorales, que escogen cinco parlamentarios cada uno. Aunque oficialmente el número de parlamentarios debe de ser de 65, existe una posible variación de hasta cuatro asientos más en caso de que se necesitasen para que la distribución parlamentaria represente la preferencia de los votantes. Sin embargo, en la práctica el sistema maltés es bipartidista y suele gobernar un partido con mayoría parlamentaria.

Hoy la sociedad maltesa se caracteriza por dos grandes brechas: religión y lengua. Como se mencionó antes, el catolicismo tiene un papel fundamental en la identidad tanto nacional como política de los malteses. La relación de Malta con el catolicismo se remonta a los inicios del cristianismo, a raíz del naufragio del apóstol San Pablo y su estancia en el archipiélago. Además, en una de sus épocas coloniales, Malta estuvo bajo el mando de la Orden de San Juan de Jerusalén, lo que reforzó su religiosidad. Durante muchos años, la Iglesia tuvo un fuerte poder en la esfera política, con una marcada afinidad con el PN. Los encontronazos con el PL se sucedieron.

Con el paso del tiempo, ambos partidos se apoderaron de los extremos en las brechas maltesas –idioma y religión–, cada uno representando un polo. El PN representa a las personas conservadoras y religiosas de habla inglesa, mientras que el PL a las personas trabajadoras de ideología un poco más progresista y habla maltesa. A pesar de que ambas lenguas son oficiales, existe una constante diferenciación entre aquellas personas que primero aprenden una y luego la otra. Debido a que los clivajes han sido utilizados por los partidos para sus respectivas fundaciones, la manera en la que se relaciona el voto en Malta es peculiar. La identidad partidaria es casi como una marca de nacimiento, brindando un sentido de identificación y pertenencia al votante.

El asesinato de Caruana

Caruana era una periodista de investigación que dedicó gran parte de su carrera a revelar casos de corrupción y comentar sobre hechos y personalidades de la política maltesa. La figura de la periodista siempre fue considerada controvertida. Sin embargo, su blog Running Commentary era uno de los sitios web más visitados del archipiélago. Fuera de la isla, era conocida por su papel en la investigación del caso de los papeles de Panamá en relación a la política maltesa. En 2016, empezó a dar pistas sobre la existencia de conexiones entre el ministro de energía, Konrad Mizzi, y fondos en Panamá y Nueva Zelanda. Días después, hace el mismo comentario sobre Keith Schembri, jefe de Gabinete de Muscat. Ambos casos fueron confirmados con la filtración de abril de 2016, en la cual salieron a la luz una red de empresas donde Mizzi y Schembri figuraban como dueños.

En 2017, la periodista regresa al ojo de la tormenta cuando afirma que Egrant, una compañía radicada en Panamá, pertenece a Michelle Muscat, esposa del primer ministro. Tocado políticamente, Muscat convoca elecciones anticipadas para junio de ese año, casi con un año de adelanto según el calendario electoral. Los hijos de la periodista han expresado numerosas veces que su madre se encontraba bajo amenazas constantes y que antes de su muerte pidió protección policial. En octubre de ese año, el coche de Caruana explotó mientras conducía cerca a su casa.

Las reacciones en Malta al asesinato de Caruana fueron claras: era un ataque a la libertad de expresión. A partir de ahí, la opinión pública se mostró dividida y muchos recordaban las consecuencias negativas de sus investigaciones. Sin embargo, predominó un movimiento ciudadano mayoritario que exigía justicia.

La investigación sobre el asesinato la llevaron a cabo investigadores locales, estadounidenses, holandeses y miembros de la Europol. En diciembre de 2017, el primer ministro anunció que se había arrestado a 10 sospechosos, de los que tres fueron luego acusados de ejecutar el ataque. Dos años después llegó el juicio.

#BlackFridayMalta

Desde diciembre de 2017 hasta noviembre de 2019, hubo un silencio en los avances de la investigación sobre el asesinato de Caruana. No es hasta el 20 de noviembre, con el arresto del empresario Yorgen Fenech mientras intentaba salir de Malta en su yate, cuando la investigación empieza a señalar culpables. El intento de fuga se dio después de que el primer ministro anunciase que consideraría el indulto para el hombre que había servido de intermediario entre los ejecutores y la mente detrás del crimen, siempre y cuando diese información que permitiese identificar a las personas que los contrataron. Melvin Theuma, intermediario, recibió el indulto unos días antes del arresto de Fenech, lo que da inicio a la caída de varios miembros de la cúpula gubernamental actual del PL. El 26 de noviembre, Schembri y Mizzi renunciaron a sus cargos, pese a que días antes habían recibido la confianza máxima del primer ministro. Ese día sale a la luz que Mizzi, Schembri y Fenech realizaban negocios en el ámbito público y privado. Se descubre que Fenech es accionista de GEM Holdings, empresa dueña de Electrogas Malta Ltd., el consorcio seleccionado por el sector público para construir una planta de electricidad en 2013 durante el mandato de Mizzi como ministro de Energía. Luego se determina que Fenech es la persona que planea el asesinato de Caruana, a lo que se suma que su compañía 17 Black recibió un total de 1,3 millones de euros de las empresas de Mizzi y Schembri en Panamá. Además, se revela que el escape de Fenech fue planeado por Schembri.

La renuncia de Mizzi y Schembri, junto con la suspensión de Chris Cardona como ministro de Economía, marcan el inicio de las investigaciones a estos individuos. Sin embargo, pese a la evidencia hecha pública que logra relacionarlos a todos con Fenech, los tres se encuentran en libertad, lo que levantó una ola de indignación en Malta. La gente se acercaba al edificio del parlamento en La Valletta para protestar arrojando huevos a los parlamentarios y exigiendo tanto la renuncia de Muscat como justicia. Desde el 26-N se han realizado protestas diarias en la capital maltesa, con la exigencia de justicia y el enjuiciamiento de la cúpula gubernamental actual.

Una de las respuestas de la administración de Muscat fue el cierre con vallas de los lugares donde se protestaba. La crisis alcanzó un nuevo nivel el 28 de noviembre. Ese día se convocó a una reunión urgente del gabinete, que a las tres de la mañana del día siguiente. A las 3:30, Muscat convoca a una rueda de prensa ante medios locales e internacionales. Una vez terminada, Muscat se retira. Los periodistas, sin embargo, son retenidos en contra de su voluntad y sin explicación alguna hasta las 10 de la mañana. Uno de ellos es hijo de Caruana. En las redes sociales comienza a circular el siguiente mensaje: “My country is no longer a democracy #BlackFridayMalta”. Pronto la etiqueta se vuelve viral y las personas empiezan a publicar el mensaje en sus perfiles, así como a cambiar sus fotos de perfil por una imagen negra. El 1 de diciembre, el primer ministro anuncia que renunciará al cargo el día 12 de enero de 2020, una vez que se elija a la persona que lo reemplazará en el liderazgo del partido.

El empecinamiento del primer ministro en no renunciar hasta enero crea desconfianza entre los ciudadanos, así como en la imagen exterior de Malta. Cabe destacar que Muscat sabía que Schembri estaba en el punto de mira de la investigación desde abril de 2018 y no hizo nada. Muchos declaran que es porque está involucrado, aunque por ahora lo único que se puede asegurar es que la relación entre Muscat y Schembri siempre ha sido de amistad antes que laboral. No obstante, mientras el primer ministro siga en el poder existe un conflicto de intereses en la investigación sobre el asesinato de Caruana. Luego se supo que Schembri estuvo presente en todas las reuniones en las cuales se daban actualizaciones sobre el caso de Caruana. Además, se ha probado que Theuma, el intermediario, fue contratado para un trabajo fantasma en el gobierno.

Con los sucesos de finales de noviembre y el empecinamiento de Muscat de retrasar su salida del cargo de primer ministro, la Unión Europea decidió enviar una comisión para investigar lo que estaba sucediendo en Malta. Este grupo de parlamentarios europeos tuvo que realizar el viaje de un día para otro, pues la situación maltesa se consideraba fuera de control. La comisión se reunió con el primer ministro, con miembros del gabinete, con lideres de movimientos sociales, con la policía y la familia de la periodista. Después de haber oído los testimonios de todo ellos, concluyeron que el Estado de derecho maltés se encontraba bajo peligro, por lo cual pedían iniciar el proceso para aplicar el artículo 7 del Tratado de la Unión Europea para suspender algunos derechos de Malta.

El juicio, Egrant y la polarización en Malta

Con la Unión Europea vigilando Malta y una polarización interna acusada, Muscat continuó con su agenda normal. Una de las actividades era una visita oficial a Italia, la cual incluía reuniones con el papa Francisco y el primer ministro, Giuseppe Conte. Sin embargo, tras las miles de cartas enviadas al Vaticano por parte del pueblo maltés, este decidió cancelar la visita oficial de Muscat y reemplazarla por una audiencia privada con el Papa. De la misma manera, Conte canceló la comida oficial por una reunión privada.

Después de varios episodios contra periodistas y medios de comunicación, los medios más emblemáticos de Malta, junto con la unión estudiantil, se unen a la organización y convocatoria de las protestas contra el primer ministro. Pese a todo, este decide tener un tour de despedida el 8 de diciembre. Con este acto, las protestas en Valletta y en torno a la universidad se intensifican, no solo con caminatas sino con actos de desobediencia civil como el bloqueo de la entrada de la oficina del primer ministro por parte del Moviment Graffitti. La situación en estos momentos es muy tensa, pues hay una división muy profunda entre aquellos que buscan la renuncia de Muscat y una investigación objetiva por el asesinato de Caruana y aquellos fieles a Muscat por la identificación partidaria. Los sentimientos a flor de piel llevan a michos a pensar que aquellos que protestan contra Muscat son enemigos de la patria.

El ambiente en el país se carga aún más con el inicio del juicio y la publicación de los testimonios dados por los ejecutores y el intermediario del asesinato. El testimonio de Theuma crea la relación entre Fenech y Schembri en relación al asesinato de la periodista. Además, se filtran los audios que Theuma grabó a modo de protección, en los cuales se menciona a Schembri, Muscat y otros miembros de instituciones gubernamentales. Es necesario clarificar que la llamada de testimonios en este caso, aunque directamente ligado al caso Caruana, se basa en el hecho de que Fenech desea retirar a Keith Arnaud de la investigación debido a su relación cercana con Schembri.

El 18 de diciembre Schembri es llamado a testificar en el juicio, donde se dedica a defender su inocencia pese a las pruebas que se le presentan. Es necesario recordar que cuando Fenech fue arrestado por primera vez, fue llevado al hospital por problemas de salud. Ahí toma contacto con el doctor Vella, quien le da notas escritas por Schembri, en las cuales le indica lo que tiene que decirle a la policía en los interrogatorios. Vella también se encuentra bajo investigación por obstrucción a la justicia. Finalmente, Schembri en su testimonio intenta recordarles a los asistentes y al pueblo maltés el sufrimiento causado hacia su persona por parte de la periodista. La siguiente sesión del juicio será el 14 de enero.

Por otro lado, la investigación ha logrado que la oposición pueda reabrir el caso de Egrant, empresa implicada en casos de corrupción en Malta. Luego de un escandaloso duelo entre la oposición y el sistema judicial, el documento de la investigación hecha a esta empresa se ha publicado, solo para dar a entender de que no se ha identificado a un dueño. Esto significa que se tendrá que investigar más a fondo, pues de nuevo se puede ver un conflicto de intereses, ya que el juez contactado por Muscat para que redacte el informe para la publicación ha sido mencionado en los audios que Theuma grabó. Asimismo, pese a que el informe no puede apuntar a un dueño, este tiene varias secciones donde se describen negocios con otros países intermediados por entidades fuera de Malta.

Las consecuencias de la crisis

A raíz de todo lo sucedido, parecía por fin que la identificación partidaria quedaba a un lado para ser reemplazada por una campaña nacional anticorrupción. Lamentablemente, las dinámicas partidarias maltesas no son así de simples, pues el PN ha intentado en numerosas ocasiones apoderarse del discurso del pueblo pidiendo la renuncia de Muscat. Y aunque, como grupo de la oposición, se encuentran en el derecho de protestar, muchos ciudadanos y ONG han señalado que ningún partido puede ponerse al frente de la protesta ciudadana. Pese que el #BlackFridayMalta ha creado una movilización de miles de ciudadanos de varias afiliaciones partidarias, existe otra cara de la moneda. Seguidores del PL han tomado las calles de la sede nacional del partido para mostrar su lealtad y agradecimiento a Muscat.

Aunque el #BlackFridayMalta no haya distanciado a los ciudadanos de su clivaje partidario, hay una posibilidad de que el PL pierda votantes en las siguientes elecciones de 2022. Esto se debe a que la crisis política está afectando al sector comercial y al turismo en Valletta. El hecho de que se organicen protestas diarias en la capital afecta a las visitas de los turistas; además, numerosos negocios se ven forzados a cerrar ante las protestas.

La polarización política en Malta es un fenómeno que perdurará. La movilización ciudadana no quedará satisfecha con las renuncias, sino que exigirá una investigación a Muscat con el fin de verle preso. El desafío ahora es lograr una investigación objetiva, sin más obstrucciones, no solo para determinar quiénes mataron a Daphne Caruana, sino para llegar a desmantelar la que sería la red de corrupción más grande de Malta. La imagen internacional del país más pequeño de la Unión Europea se encuentra bajo sospecha. Malta necesita recuperar la confianza de Bruselas, así como la de los otros países miembros. En estos momentos, el gobierno de Malta simboliza corrupción e impunidad.