El Papa pisa Cuba, territorio amigo

 |  28 de marzo de 2012

 

La visita del Papa Benedicto XVI a Cuba pone de relieve el papel creciente de la Iglesia católica en la política de la isla. La estrategia seguida por el Vaticano y el cardenal primado de Cuba, Jaime Ortega, se mantiene inalterable desde hace décadas: evitar cualquier tipo de confrontación con el régimen castrista, ayudarlo a denunciar el embargo comercial impuesto por Estados Unidos e impulsar las reformas económicas liberalizadoras. Raúl Castro, por su parte, utiliza a la Iglesia como intermediaria para involucrarse con la sociedad cubana, además de cómo balón de legitimidad, dentro y fuera de la isla.

Desde el exilio cubano se cuestiona esta relación y explican que Castro a cooptado a la Iglesia, de la que demandan un papel más crítico y activo. Sin embargo, Cuba no es Polonia. En el ex satélite soviético, la Iglesia lideró la oposición al comunismo en un país de mayoría católica. En el caso de Cuba, aunque el 60% de la población está bautizada como católicos, solo el 5% se declaran practicantes. Los “santeros”, seguidores de las religiones animistas afrocubanas, constituyen hoy una abrumadora mayoría religiosa en la isla. Según expertos en religiones afrocaribeñas, en la actualidad entre un 70% y un 80% de la población cubana realiza algún tipo de práctica religiosa afrocubana. La Iglesia católica, en cambio, suma una feligresía que no supera el 10%.

Desde 1998, año de la visita del predecesor de Benedicto XVI, el polaco Juan Pablo II –cuando el régimen levantó las restricciones a la llegada a la isla de religiosos y misioneros extranjeros–, el número del clero se ha duplicado. La Iglesia actualmente puede acceder a permisos para reconstruir sus templos y Cáritas ha podido establecer una amplia red de centros que distribuyen alimentos y otros servicios benéficos. Aunque la educación está aún en manos del Estado, academias de la Iglesia, con la ayuda de varias escuelas de negocios españolas, imparten maestrías en administración de empresas y cursos de informática. En noviembre de 2010, el propio Castro asistió cerca de La Habana a la inauguración del primer seminario construido en Cuba desde 1959.

“Estoy convencido de que Cuba, en este momento especialmente importante de su historia, está mirando ya al mañana”, afirmó Benedicto XVI a su llegada a la isla. Ese mañana aparece inevitablemente sin los hermanos Castro, dado el “factor biológico”. ¿Cuál será el camino que tome la isla? Los modelos abundan, unos más atractivos que otros. Los reformistas abogan por la vía del socialismo de mercado, siguiendo la estela de China y Vietnam. Otros prefieren mirar modelos más cercanos, ubicados en una América Latina en auge. Por ejemplo, la socialdemocracia brasileña.

Por el momento, “el Vaticano apoya el proceso de reformas, que si en lo político es muy limitado, en lo económico hace y de la isla un lugar muy diferente al que visitó Juan Pablo II”, explica Miguel Ángel Bastenier. Desde 2010, cerca de 300.000 negocios por cuenta propia han sido registrados.

 

Para más información:

Domingo del Pino, «Cuba: mitos de izquierda, mitos de derecha». Economía Exterior 38, otoño 2006.

Política Exterior, «Conversación con Miguel Ángel Moratinos». Número 140, marzo-abril 2011.

Áurea Moltó, «Entrevista a Arturo Valenzuela, el hombre de Obama para Latinoamérica». Política Exterior 139, enero-febrero 2011.

Miguel Ángel Bastenier, «Cuba, ¿fin de reinado?». El País, marzo 2012.

The Economist, «Cuba: Revolution in retreat». Informe especial, marzo 2012.

 

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