El largo ciclo político de Berlusconi se agota

 |  14 de junio de 2011

En una de sus obras más emblemáticas, “Conversación en La Catedral”, Mario Vargas Llosa ponía en boca de uno de sus personajes, Zavalita, la siguiente pregunta: ¿en qué momento se había jodido el Perú? Si nos trasladamos a Italia, a esa pregunta podríamos añadirle otra: ¿y quién la jodió? La última portada europea de la revista The Economist responde sin titubeos: Silvio Berlusconi. En ella se puede leer: “El hombre que jodió un país entero”.

Los problemas se acumulan sobre la cabeza del primer ministro italiano, que el próximo septiembre cumple 75 años. El último, la victoria del sí en los cuatro referendos impulsados por los grupos opositores Italia de los Valores y los Verdes. Una de las consultas se refería a la derogación de la Ley del Legítimo Impedimento, que permite al presidente del gobierno y a sus ministros invocar empeños institucionales para no acudir a los juicios donde estén acusados de delitos penales no cometidos en el ejercicio del cargo. Los italianos han votado que sea derogada.

El hombre más rico de Italia empezó su carrera empresarial en el mercado inmobiliario, en los años sesenta. A mediados de los setenta, Berlusconi expandió sus intereses al mundo de la comunicación. En 1977 recibía el título de cavaliere del lavoro de manos del presidente de la República, Giovanni Leone. En los ochenta, Il Cavaliere acrecentaba su domino en el mercado audiovisual y se expandía en el deportivo. Los escándalos empezaban a rodearle.

En el crítico año de 1993 dio el salto a la política, cuando el sistema italiano se derrumbaba a raíz de la operación “Manos Limpias”. Un año después, el movimiento Forza Italia de Berlusconi irrumpía en un escenario electoral de donde habían desaparecido los partidos tradicionales. Il Cavaliere ocupó el cargo de primer ministro hasta 1995. En 2001 regresó, para dimitir en 2006 y regresar una vez más en 2008, en esta ocasión bajo las siglas del Popolo Della Libertà. De los últimos 17 años, Berlusconi ha gobernado en nueve. Se trata del primer ministro más duradero desde Benito Mussolini.

A la hora de sacar conclusiones, The Economist deja de lado los escándalos sexuales y financieros en los que se ha visto envuelto el primer ministro. Y se centra en los errores de su política económica, que “marcarán al país durante años”. Según la revista, sólo Zimbabwe y Haití han tenido un menor crecimiento del PIB en la pasada década. La deuda pública ronda el 120% del PIB italiano, la tercera mayor de los países desarrollados. Y una mezcla de baja productividad y altos salarios está erosionando la competitividad del país, que necesita con urgencia reformas estructurales.

Para más información:

José Enrique de Ayala, “Italia ante el espejo de la indiferencia política”. Política Exterior núm. 141, mayo-junio 2011.

Lucio Caracciolo, “Italia no sabe quién es”. Política Exterior núm. 131, septiembre-octubre 2009.

 

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